Cuando amábamos la Red, Twitter servía para encontrar semejantes y los blogs para aprender cosas que importaban. Hoy me he encontrado con un post en Nada es lo que parece que ha reverdecido mi ingenuidad militante, como en los viejos tiempos de Internet. Vamos allá. Sostiene Machuca, en el mismo sentido en que sostiene Pereira, que cada vez le gusta menos escribir sobre nuestro sistema sanitario. A mí me pasa lo mismo.
Machuca explica su desgana apelando a un cierto desapego que él llama ternura y que aquí aparece como subproducto alambicado del asco y la náusea. Yo no llego a tanta intensidad emocional. Mi desapego tiene que ver más bien con la conciencia del estado de irrelevancia en el que han caído la gobernanza y la gestión de la sanidad pública en España.

Sin embargo, Machuca saca a relucir, no sé exactamente de dónde pero me gusta, la idea de patriotismo (aunque solo sea via negationis) como elemento concentrador de las energías y explicaciones que justifican el compromiso con un determinado proyecto colectivo, por ejemplo la sanidad pública; o, afinemos un poco el concepto en aras del horizonte que viene, con la prestación del servicio sanitario público, independientemente del carácter público o privado del prestador del mismo.

Esta suerte de patriotismo sanitario no tapona heridas pero sí explica diferencias esenciales: no todo da lo mismo. No vale cambiar del profesionalismo al estalinismo en función de la conveniencia personal. No vale apelar a la voz de la calle en tiempos de zozobra para luego silenciarla dentro de las instituciones. No vale defender la gestión clínica solo mientras no se cuestionen las mil colusiones en juego. No vale planificar sin saber lo que cuesta una barra de pan.

Quizá sería útil hablar de valores antes de fijar indicadores.

Creo que Machuca tiene razón: la gobernanza y la gestión de la sanidad pública volverán a ser interesantes cuando vuelvan a ser una cuestión de patriotismo. Porque aunque quizá no sirva de mucho, no se me ocurre nada más necesario que el patriotismo para poder volver a hablar seriamente de sanidad en España.

 

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