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Atención Primaria

El desencanto

Acusaba la izquierda hace poco al consejero de Salud de la Junta de Andalucía (PP-Cs) de actuar como un comercial de la sanidad privada por dejarse fotografiar en un hospital de Quirón en Sevilla. Realmente, si se mira a la sanidad pública, con la Primaria arrasada, las plantillas de los hospitales habiendo llegado a un agotamiento de no retorno y el demencial sistema de bolsas de contratación en plena vigencia, la oportunidad de esa foto era cuestionable. Pero lo que no ha señalado la izquierda en sus críticas de voracidad privatizadora del consejero Aguirre (PP) es que muchos de quienes le pasean ahora por los centros privados eran, hasta ayer, sedicentes paladines del denominado Sistema Sanitario Público de Andalucía (SSPA). Y cobraban por ello.

Es verdad que no ha habido caza de brujas generalizada en el SAS con la llegada del PP. Sí se han organizado algunas monterías de descaste. Ceses ejemplarizantes. Pero poco más. Ha habido más tiros en el pie que disparos certeros.

Muchos de quienes estaban con el PSOE por mor de sintonías y favores, más que por plaza ganada en buena lid, siguen estando ahí. Eso ha evitado algunos trastornos y malestares. Pero ha inoculado el desencanto entre quienes, después de 37 años de PSOE en la Junta de Andalucía, esperaban algo más del denominado Gobierno del Cambio. El rédito electoral que deje todo esto, pronto se verá.

Eso no significa que el SSPA no haya cambiado, aunque en buena medida sigan las mismas personas ocupando puestos estratégicos. Sí, el SAS ha empezado a cambiar. A experimentar un proceso mutagénico que empezó trasladando el foco desde lo comunitario a lo individual y sustituyendo el discurso de los derechos sociales por el asistencialismo. Ante el silencio atronador (por incuria, ignorancia o cansancio) de casi todos.


Photo credit: kevin dooley on VisualHunt.com

Yo hablé con Ernest Lluch

Los diversos elogios a la figura de Lluch por el aniversario de su asesinato indican que la posteridad tiene sus propias reglas. Y, en cierto sentido, no son arbitrarias. Ampliar «Yo hablé con Ernest Lluch»

El Dr. Fauci y la política

Dice Anthony Fauci en una reciente entrevista (en la que habla de vacunas, salud pública y pandemias) que ha mantenido su puesto como asesor de científico de la Casa Blanca desde los tiempos de Reagan gracias a que su postura siempre ha sido apolítica. Sin embargo, nada hay tan político como la ciencia. Ampliar «El Dr. Fauci y la política»

Covid-19: la resaca social

La pandemia está dejando dejado destrozos que ahora empiezan a hacerse visibles en sociedades antes ufanas de su bienestar, como las tremendas inequidades que hacen dudar de la eficacia de un paraguas de protección social que se antoja ahora como una ensoñación. Pero también la marea ha dejado restos aprovechables: entre ellos, la conciencia amartillada de vivir en un contexto de interdependencia real. Ampliar «Covid-19: la resaca social»

De compras con el SAS

El análisis de datos de adjudicaciones de suministros del Servicio Andaluz de Salud (SAS) parece una vía interesante para entender su política de compras. Asunto importante en el ecosistema de salud de Andalucía de la era post Covid-19. El SAS adjudicó en 2019, según sus propios datos de licitaciones, suministros por 165.217.425,29 euros + IVA, desde medicamentos biológicos a respiradores o apósitos. Veamos cómo se organizan esas compras:

Ampliar «De compras con el SAS»

El encaje asistencial de las vacunas

Cuando se entiende que las vacunas, desde el punto de vista de los sistemas sanitarios, son más una prestación que una compra, se aclara todo un poco más. Bajan los decibelios del ambiente. Encajan mejor las piezas. Se intuye el rastro de una fuente de sentido en toda la maraña de un mercado mundial que mueve más de 25.0000 millones de dólares al año y en el que la vieja Europa, como en tantas cosas, va perdiendo su hegemonía pese a que aún hoy, el principal foco exportador del negocio esté en Irlanda; supongo que más por su fiscalidad que por su musculatura básica en I+D+i. Ampliar «El encaje asistencial de las vacunas»

La plantilla del SAS

¿Cuánta gente trabaja en el Servicio Andaluz de Salud (SAS) actualmente? La respuesta a esa pregunta no es fácil. El SAS es una organización del tamaño de una gran compañía multinacional, llena de contradicciones y complejidades. Darse un paseo por su interior con algunos datos esenciales en la mano puede ayudar a entender a quienes viven ajenos a sus cuitas y afanes, pero usan sus prestaciones y pagan por ellas (básicamente a través de sus impuestos), cómo es posible que, a pesar de todo, hospitales y centros de salud abran sus puertas cada día e incluso, muchas cosas funcionen razonablemente bien. El grafo que ilustra este post, basado en datos del Sistema de Información de Recursos Humanos del SAS, permite identificar de un vistazo algunas cuestiones que al paseante profano pueden llamarle la atención. Ampliar «La plantilla del SAS»

Presupuestos Andalucía 2020: e la nave va

Le he echado un vistazo al proyecto de Ley del Presupuesto 2020 de Andalucía en clave de política sanitaria y la conclusión no puede ser más felliniana: e la nave va. La película de Fe-Fe, como es sabido, regala imágenes impagables, que narran los  esfuerzos de empeños imposibles en estirar la continuidad, cueste lo que cueste, de un mundo que se acaba. Las grandes partidas sanitarias de las cuentas públicas que quiere sacar adelante el Gobierno subrayan la persistencia de las grandes inercias ya conocidas. Ampliar «Presupuestos Andalucía 2020: e la nave va»

Decisiones

Vivimos ahora, al parecer, la tercera fase de la Gran Crisis iniciada en 2007. Hay quien estima que este rediseño brutal del sistema económico, político y social será fuente de torsiones e incertidumbres hasta aproximadamente 2025, cuando nuestra actual manera de vivir será poco más que un recuerdo. El economista Niño-Becerra sostiene en ‘El Crash’, su libro embridado con cuestiones planteadas por Natàlia Vila, que, tras el agotamiento de las medidas para afrontar la primera fase (gasto público para reactivar la economía) y de la segunda (bajar el precio del dinero en entornos plurinacionales de moneda única compartida), la tercera fase, que nos amanece ahora, viene dada por la consciencia, impuesta por el fracaso de estas medidas, de que los cambios han llegado para quedarse y hay que acostumbrarse a ello: desigualdad social creciente en el acceso a la riqueza y futilidad de viejos conceptos como el de trabajo estable, uno de los pilares del mundo que se fue. Ampliar «Decisiones»

El SAS, ese viejo caimán

La estructura profunda del Servicio Andaluz de Salud (SAS), su mesocracia invisible, aguarda, como un viejo caimán durmiente, a que la política institucional termine de bascular y se decante entre el diseño comunitario y la satisfacción individual. Ambos planteamientos estratégicos son permeables a la tentación de la ingeniería social. Ampliar «El SAS, ese viejo caimán»

El desierto demográfico de la sanidad andaluza

Reducir a términos razonables la presión de la población sobre los recursos de la sanidad pública andaluza sólo con dinero es un imposible presupuestario: actualmente el capítulo de personal ya se come aproximadamente el 50% de los 10.000 millones y pico que anualmente debe gastarse esta organización asistencial, con el SAS a la cabeza. La toma de conciencia del pozo sin fondo que implica este enfoque basado en la idea de gasto llevó en su día a los gestores, legislatura tras legislatura, a la conclusión de que si no se podía colmatar nunca ese agujero, la alternativa era hacer rendir más y mejor a lo que hubiese. Los actuales responsables de la Consejería de Salud están en ello y han optado por la idea de la subida salarial como incentivo, hasta donde se pueda llegar, aparcando el relato de la gestión clínica como profesionalismo autónomo capaz de tensionar a la organización. En cualquier caso, el avance del desierto demográfico en la Medicina andaluza es continuo y ello conduce a intentar adoptar casi cualquier medida que pueda frenarlo. Según el estudio de demografía médica del Consejo Andaluz de Médicos de hace unos meses, a día de hoy el 47% de los galenos andaluces tiene más de 55 años. Ello plantea un horizonte complicado, al que ya apuntaban los estudios realizados en este sentido previamente, allá por 2011, por la Consejería de Salud: habrá una profunda sima en la tasa de profesionales en torno a 2029.

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Contra Susana vivíamos mejor

Se va asentando la nueva gobernanza de la sanidad andaluza. Aparecen en el horizonte presupuestario 700 millones de incremento que servirían básicamente para pagar peonadas de actividad extraordinaria, fidelizar algunas contrataciones y presentar en la mesa sectorial del SAS una buena carnaza para negociar en torno a subidas lineales de sueldo. ¿Cómo se va a hacer frente a ese gasto extra? Como siempre: rebañando dinero de otras consejerías, apretando (más) en consumos intermedios y tirando de deuda pública.

Se acusaba al PSOE de tener un problema de gestión en sanidad. De haber implantado un régimen asfixiante del que solo era posible evadirse mediante una cierta ironía inteligente, dentro de lo que cupiese, como en los tiempos de ‘Hermano Lobo’. Ahora, son PP y Cs quienes legítimamente se enfrentan al desafío de gestionar la realidad, bajo la atenta mirada de Vox.

Este cambio político pone en un brete a quienes fueran algunas de las referencias más críticas dentro del SAS con la gestión socialista, porque ahora se les ha pedido implicación, opinión y propuestas. Se acabó el tiempo de la clandestinidad. Y algunos de ellos empiezan a pensar, desde sus nuevas responsabilidades o acodados en la barrera desde donde siempre vieron los toros, que contra Susana vivíamos mejor.


Creditphoto: http://www.hermanolobodigital.com/

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