Alfonso Pedrosa. Las iniciativas que pretenden recolectar en la Red lo que no se siembra en la calle terminan colapsando en el vacío. Sin embargo, cuando, simplemente, alguien tiene una idea y la pone en marcha, empieza a germinar, desde esa semilla individual, la idea de el apunte de lo que puede llegar a ser una comunidad.
Algo así es lo que he visto que empieza a pasar con el blog de la Unidad de Rehabilitación de Salud Mental Virgen Macarena, de Sevilla, que surge en un entorno que, su trabajo habrá costado, da a la idea orginaria una conexión de soporte institucional que, a su vez, es entendida como una buena práctica. Y, en paralelo, sin que nadie le pida permiso a nadie, empiezan a configurarse otras miradas sobre ese mismo asunto fuera de ese territorio institucional.
Comunidades que empiezan a trenzarse y que dan origen a expresiones que empiezan a decir adiós a su molde tradicional y que se abren a otras maneras de verse, de ser vistos y de ver el mundo. Sin que nadie pueda imponer ya una única visión.
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