El debate a cuatro que se celebró el 7 de diciembre en Atresmedia, conocido como el debate decisivo (#7dElDebateDecisivo), rompió muchos moldes: abrió la discusión a dos formaciones emergentes a los que las encuestas otorgan la llave para decidir el gobierno tras el próximo 20 de diciembre, ofreció más poder a los presentadores, que pudieron dirigir preguntas directas e individuales a cada uno de los participantes y relegó el factor cronómetro a una posición meramente anecdótica. Pero este debate no ha logrado huir de las críticas por grandes ausencias: la de Alberto Garzón, candidato a la presidencia por parte de Izquierda Unida, la de Andrés Herzog, su homólogo en UpyD, que se acercó al estudio, quizá con la pequeña esperanza de que le dejaran intervenir en último momento, y, por supuesto, la del presidente del Gobierno Mariano Rajoy, que decidió dejar el “papelón” en manos de su vicepresidenta, Soraya Saéz de Santamaría.
La explicación de estas ausencias por parte de los organizadores es clara: al fin y al cabo, el límite de participantes en este debate había que fijarlo en algún sitio, menos argumento tiene el presidente, aunque su vicepresidenta hablara de trabajo en equipo. Pero hay otras ausencias menos entendibles, al menos desde un prigma práctico. Si bien es cierto que el tiempo también limitó el número de temas a discutir, tiene poca lógica el hecho de que la Sanidad se convierta en uno de los temas ausentes en este acto, sobre todo, si se tiene en cuenta que ocupa el quinto lugar entre las preocupaciones de los españoles, detrás del paro, la corrupción, la economía y los políticos.
Tampoco resulta entendible que la palabra sanidad solo apareciera una vez en el debate y lo hiciera en la última participación de Pablo Iglesias, que recordó los recortes producidos en la sanidad pública durante la última legislatura. Si se calcula por tiempo, se podría decir que la sanidad ocupó apenas cinco segundos de un total de dos horas, una posición tan redcida que causa temor ante la pasividad demostrada por parte de los líderes de los principales partidos políticos con oportunidad de gobernar en España.
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