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Redacción Synaptica. Un inteligente post de Antonio Ortiz en Error500 abre una reflexión, creemos que muy aprovechable, para quienes andamos por las cunetas del mainstreaming mediático tradicional y vivimos con pasión las buenas historias relacionadas con la sanidad, la biomedicina y la salud: la mejor garantía para tener a las puertas de casa un episodio de pánico colectivo en un contexto de crisis de salud pública es confundir la información con las sensaciones.

Hay espacios en la red con un tremendo potencial de viralidad, como las redes sociales o el microblogging de Twitter, donde conviven la inmediatez propia del acontecimiento informativo con la emotividad de la percepción personal. En situaciones de inquietud social generada por causas diversas, pongamos por caso la inevitable gripe A, los datos vienen mezclados con las emociones. Y hay que aprender a diseccionarlos, vengan de donde vengan. Como dice Ortiz, en su post (ya decimos, muy aprovechable aunque no controle aspectos técnicos de la epidemiología del H1N1 y use el término fiebre por gripe) "tener a Twitter como fuente es como tener a Internet o al papel, en lugar de a los correspondientes emisores que lo utilizan". Un buen aviso para bloggers del mundo sanitario, expertos en salud pública, estrategas de la gestión de crisis y cómo no, periodistas. Hoy más que nunca, el viejo McLuhan sigue vigente: el medio es el mensaje.