Es de noche. Toca dormir para que nuestro sueño haga su función reparadora y renovadora, imprescindible para la salud física y mental. Pero, lo que en un principio tenía que ser un acto placentero, se convierte en una tarea tediosa, casi en un acto imposible. Sobre todo si se vive en pareja. Y es que uno de los dos miembros ronca en exceso y, para colmo, se levanta igual o más cansado de lo que se acostó, arrastrando una somnolencia diurna que ya no sabe ni cuando empezó. ¡SOS! Nos encontramos con dos de los signos más inequívocos -el ronquido recurrente y la somnolencia diurna- de que estamos ante un cuadro típico de apena del sueño.
Y, pese a ello, solo entre un 5 y un 10% de las personas que padecen este problema han sido diagnosticadas y tratadas de este trastorno. Y no lo decimos nosotros, si no que son datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), que en el marco del Día Nacional de este trastorno ha querido concienciar sobre el mismo. Y ¡ojo! que esos ronquidos sistemáticos esconden la obstrucción de las vías respiratorias repetidas veces durante el sueño, lo que a su vez provoca paradas respiratorias que pueden durar entre unos pocos segundos y varios minutos.
Con todo este cuadro no es de extrañar que nuestra salud se resienta. Y es que junto a la somnolencia diurna, los que padecen de apnea sufren otros síntomas como fatiga, pérdida de concentración, irritabilidad e, inclusive, pueden verse afectados órganos vitales y derivar en hipertensión arterial y enfermedades cardiovasculares.
«La respiración recupera la normalidad con un ronquido fuerte o con un sonido gutural. De ahí, que la persona mas adecuada para detectar un síndrome de apnea del sueño sea a menudo nuestra pareja”, ha explicado al respecto el doctor Carlos Egea, coordinador del Área de Sueño de SEPAR. Pero, como decíamos más arriba, pese a que es un enfermedad crónica muy común está infradiagnósticada. “En España existen entre 1,2 y 2,1 millones de pacientes con apnea relevante y un elevado infradiagnostico de casi el 80%, lo que obliga a los especialistas y a los médicos de atención primaria a estar atentos a la presencia de estos factores de riesgos”, ha alertado.
Se considera síndrome de apnea de sueño cuando las paradas respiratorias en un adulto se producen al menos 30 veces en una hora. Sin embargo, un estudio reciente publicado en la revista Lancet considera que un síndrome de apnea del sueño ya es relevante con una cadencia de 15 paradas a la hora. “Basándonos en esta consideración se doblaría el porcentaje de varones adultos afectados, llegando al 40%, y al 20% en mujeres, lo que convierte la apnea del sueño en un problema de salud grave”, ha apostillado.
En cuanto al perfil del paciente, se suele corresponder con el de un varón con sobrepeso, que ronca y mayor de 65 años. Sin embargo, también afecta a las mujeres especialmente a partir de la menopausia. Junto al sobrepeso y la edad, encontramos también el tabaco, el consumo de alcohol en las horas vespertinas, los sedantes y los tranquilizantes.
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