By Johnny hanging head down from the tree, vía Flickr.
Redacción Synaptica. Algún día, la farmacia de Javier Guerrero, en El Madroño, el pueblo más pequeño de la provincia de Sevilla, será un centro de peregrinación. O será rociada con napalm, D no lo quiera. Nunca se sabe. Porque ése es el núcleo caliente del movimiento de la farmacia rural española que está cuestionando, de arriba a abajo, un estado de cosas considerado eterno, como las pirámides, por buena parte de esta profesión. Ahora, el blog que gestiona Javier y que sirve de punto de encuentro al mundo de las boticas de pueblo españolas ha centrado su atención sobre un proyecto legislativo francés que podría diseñar un perfil mixto en la retribución de los farmacéuticos: márgenes de medicamentos + honorarios por dispensación + honorarios por prestación de servicios.
La iniciativa francesa, denominada Ley HPST (Hospital, Pacientes, Salud y Territorios, aprox.) cuenta, por ahora, con un potente consenso y con el apoyo del Gobierno. La historia en detalle, en el correspondiente post de Farmacéuticos Rurales. Parece que no van a ser los políticos quienes cambien el modelo español de farmacia: van a hacerlo los propios farmacéuticos, en una dinámica que ya es difícil de parar.
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