María de las Heras.- Los héroes que se atiborraban a pastillas hace 20 años para frenar el avance del virus de inmunodeficiencia humana (VIH) han dado paso a otros valientes que, afortunadamente, lo tienen algo más fácil para cumplir con las recomendaciones médicas. La ciencia se ha esforzado por simplificar los tratamientos para los infectados por este virus en los últimos años y Janssen ha logrado dar la última pincelada con el fármaco Rezolsta. Este medicamento combina en un solo comprimido la proteasa darunavir y un nuevo potenciador, el cobicistar y, además, puede administrarse a una amplia gama de pacientes.
No se trata de una molécula nueva, pero reducir de dos a una pastilla no es nada baladí en el terreno del VIH. El consultor senior del Servicio de Infecciones del Hospital Clínic de Barcelona, Josep Mallolas, ha asegurado durante la presentación de Rezolsta que este hallazgo puede ser la clave para que un paciente siga el tratamiento de forma adecuada y no desista: "Se cumplen 30 años desde que se consiguió la primera molécula con actividad antirretroviral. Tras este paso, los antirretroviraleres se convirtieron en cócteles de múltiples pastillas con numerosos efectos adversos. Ahora hablamos de que hasta un 30% de los pacientes podría tratarse solo con este fármaco".
El jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario de Valencia, Enrique Ortega, ha puesto sobre la mesa este lunes otras aportaciones de Rezolsta como la ventaja de no crear resistencia al tratamiento, común en los casos de falta de constancia en su seguimiento, y la ausencia de incompatibilidades con otros medicamentos. El futuro en el tratamiento de los pacientes con VIH, según ambos expertos, está en la monoterapia, en lo que España es pionera. "Para muchos pacientes no es necesario tomar más de una molécula", ha apuntado Mallolas.
El nuevo perfil de los infectados por VIH
Ortega ha diseñado el perfil medio de los cerca de 3.000 nuevos casos que se diagnostican cada año en España. Según el jefe del Servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital General Universitario de Valencia, normalmente se trata de hombres de unos 22 años que se infectan por vía de transmisión sexual: "Tenemos un problema con el diagnóstico tardío. Existe una bolsa de pacientes que desconocen que tienen el virus y pueden transmitirlo". Ortega ha estimado que en España unas 19.500 personas puede convivir con el VIH sin saberlo, lo que supone un 20% de los infectados, un porcentaje que Mallolas ha elevado al 25% en algunas comunidades como Cataluña. En opinión de este experto, se trata de un tema de salud pública: "Si todos los afectados tomaran el tratamiento de forma adecuada, su carga viral sería indetectable y se reduciría casi a cero la posibilidad de transmitir el virus por vía sexual". Este escenario, todavía idílico en España, es una realidad en algunas zonas muy pequeñas de África donde se ha logrado frenar el avance del virus más temido del continente.
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