Chesi. Quirófano.
Maria Jesús Montero, la merecidamente confirmada consejera de Salud al inicio de la legistalura (no hay en el panorama sanitario socialista luciérnaga sanitaria que alumbre más, y las que hay no creen llegado su momento), pasea por la vida en un permanente desfile; ella transmite en su entorno una peculiar atracción hacia su persona y sus actos, lo que le hace estar permanentemente en la mirada y en la critica de amigos y enemigos.
Yo reconozco que sufro hacia ella una especial simpatía. Creo que no necesita pasarelas ni desfiles, pero la tentación de los políticos hacia las rotativas, es tan fuerte como la de los famosillos hacia el papel cuché, y como ellos, comenten a veces excesos.
¿Qué necesidad tenía ella de la entrevista veraniega de ABC, a imagen del posado veraniego de la Obregón? Ninguna, y menos soltar lindezas como la de los sueldos de los profesionales de la Medicina en el SAS.
Cuando se desfila con tanta suficiencia, frivolidad y yo diría que prepotencia, los resbalones son casi inevitables; y los resbalones en la pasarela con falda evasé puede dejar a la mejor modelo con sus vergüenzas al aire y esto, querida consejera, es lo que ha ocurrido. Sobre todo por la persistencia en el error y ese afán incompresible de puntuar defendiendo al jefe, cuando el mayor favor que se le hace al jefe en algunas ocasiones es el silencio y la discreción. Éste era de esos, sobre todo por lo que esta cayendo en este verano tórrido en problemas de personal y de recursos económicos.
Incomprensible la afirmación de un sueldo medio de 80.000 euros para nuestros profesionales, e incompresible que altos cargos intenten demostrar el aserto. No vamos a entrar en cifras machacadas en los medios en estas semanas, pero todos sabemos, desde hace décadas, que nuestros profesionales están en el furgón de cola de los peor pagados de España, poco importa que sean los 15 ó 14, furgón de cola al fin. Esto ha sido fuente de conflicto permanente; por ello, la afirmación y la posterior polémica, no es más que un insulto a la inteligencia del común de los mortales.
Muchos profesionales han hecho públicas sus nóminas; de ellos, un alto número con puestos asistenciales de responsabilidad y antigüedad contrastada, para evidenciar lo irreal de la afirmación y la maldad de los razonamientos posteriores. Si cundiera, y puede cundir, el ejemplo, veríamos cómo la inmensa mayoría de nuestros médicos están muy por debajo de los famosos 80.000 euros y lejos de ellos.
Pero pienso que algunos deben estar cerca o por encima, y de ellos, algunos afines ideológicamente a la Consejería. ¿Por qué no ha salido ninguno haciendo pública su nómina en defensa de las tesis oficiales? Conozco a más de un profesional que, si existen esos sueldos, su capacidad, responsabilidad, antigüedad y dedicación merecen dicha retribución.
Ahora, el Parlamento de Andalucia reanuda su actividad. Supongo que mi amiga Ana Corredera, portavoz de Salud del PP-A, pedirá la relación de los puestos de trabajo, servicios y distritos en los que se alcanzan y superan los 80.000 euros; los nombres no, ya que están protegidos. Si eso es así, la información se hace pública y la transparencia predomina, podremos deducir si sólo estamos ante un resbalón que sólo insulta a la inteligencia, o a más a más, que dirían nuestros amigos de Cataluña, estamos ante un insulto a la inteligencia y al buen gusto.
P. D. : espero de la inteligencia de la señora consejera que salga de ésta con la habilidad que le caracteriza y pacificando el patio. Es decir, anunciando un acuerdo que inicie el acercamiento de los sueldos a sus afirmaciones. Total, la política de este verano se ha estado caracterizando por la suficiencia económica de la Consejería y sus generosas ofertas.
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