Alfonso Pedrosa. La Primavera Árabe ha despertado la fascinación por Internet en los países de Oriente Medio no sólo en el ámbito de la movilización política. También en los negocios y en la e-salud. Jamil Wyne, en un reciente post del blog de la Stanford Social Innovation Review, menciona el caso de la empresa jordana Al-Tibbi. Nacida en 2009 con el simple objetivo de montar un diccionario médico online en árabe, hoy es una referencia indiscutible en la búsqueda de recursos e información en el mundo de la salud para la aún pequeña pero en imparable crecimiento comunidad de usuarios de la Red en esos países. A día de hoy, Al-Tibbi posee el canal de salud YouTube líder en lengua árabe.
Independientemente de la función de esa empresa como hub conector de intereses diversos, la idea en sí misma contiene un valor esencial en el mundo de la e-salud: transmite confianza. No tanto por una cuestión de voluntarismo como por el mismo hecho de estar concebida y escrita en lengua árabe: no hacen falta traducciones robóticas del inglés (lingua franca de la producción bibliográfica médico-científica), porque profesionales y potenciales pacientes se entienden directamente en la lengua que comparten, el árabe. Obviamente, este fenómeno trasciende los límites geográficos (y con ellos, los políticos). Cualquier persona que sepa árabe en cualquier lugar del mundo con acceso a Internet puede acceder a esa información en abierto.
Toda una vacuna, por otro lado, para el papanatismo que lastra determindas iniciativas de e-salud por el simple hecho de que no están concebidas en inglés.
Una vez más, la comunidad, no el medio, es lo que importa.
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