La contaminación ambiental está cambiando la neurobiología relacionada con la conducta sexual de los estorninos. Un trabajo publicado en PloS ONE afirma aportar la primera evidencia referente a que la polución cambia el cerebro y el comportamiento de esta especie (Sturnus vulgaris). El artículo publicado tiene como primer firmante a Shai Markman y su autora de correspondencia es Catherine L. Buchanan [fotografía superior], del grupo de Biodiversidad de la Escuela de Biociencias de la Universidad de Cardiff, en Gran Bretaña; en él han participado, además de otros investigadores de este centro, expertos de la también británica Escuela de Ciencias Biológicas de la Universidad de Londres y del Instituto Max Planck de Ornitología, de Seewiesen (Alemania). En concreto, los investigadores descubrieron que los machos sometidos a una exposición ambiental inducida de altos niveles de estrógenos sintéticos y naturales emiten un canto más largo y complejo que los ejemplares masculinos no expuestos. Paradójicamente, este influencia refuerza el atractivo sexual del canto de los estorninos macho: las hembras prefirieron el reclamo de los machos expuestos a la contaminación, a pesar de que ésta redujo la capacidad de respuesta del sistema inmune de los estorninos sometidos a la presencia continuada de la polución. Los investigadores comprobaron además que el área del cerebro que controla el canto de los estorninos (centro vocal superior, HVC) era mayor en los pájaros contaminados. Los científicos apuntan en su trabajo, finalmente, a la posible influencia de esta situación sobre los niveles de población de esta especie y a las hipotéticas repercusiones fisiológicas y reproductivas de la contaminación sobre otras especies de vertebrados. En Andalucía, el Instituto de Neurociencias Federico Olóriz, constituido por investigadores de la Universidad de Granada, tiene abiertas varias líneas de trabajo sobre neurobiología.
Créditos de la fotografía: Biodiversity Group, School of Biosciences, Cardiff University.
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