Redacción Synaptica. El número de diciembre del boletín de la Organización Mundial de la Salud recoge una información de Mireia Bes sobre el modelo de hospital público privado de la Comunidad Valenciana; que comenzó en 1999 en el modelo Alzira, el Hospital de la Ribera, y que posteriormente ha extendido sus alianzas de inversión en Torrevieja, Denia y Manises, y pronto en Elche. Estos modelos nacieron en varias comunidades con diferencias en su desarrollo pero con una base común: el gasto público es limitado y la sanidad privada puede complementar a la pública. Las encuestas de satisfacción les respaldan (un 95%) con un poco más de brío que los buenos resultados públicos (un 85%); pero no todo es glamour. Ya existe un blog destinado a almacenar los pareceres de ese 5% insatisfecho y servir de púlpito contra el hospital. En general, el artículo distribuido por la OMS aborda también algunas cuestiones de mejor control del gasto, de supuestas prácticas en gestión de personal, y de la extensión del modelo a otras partes del mundo. Una de las cuestiones más interesantes viene de una reflexión aportada por Manuel Marín Ferrer, director gerente del Hospital de la Ribera: "no creo que ninguna de las empresas que se mete en las concesiones administrativas se enriquezca, porque aquí tenemos una obligación de invertir prácticamente todo lo que se gana". De hecho, en el contrato de Alzira se establece que los beneficios generados por el hospital se limitarán a un 7,5% anual, y toda cantidad por encima de ese porcentaje ha de ser reinvertida. Cifra aceptable para los asociados privados de una alianza de inversión público privada, pero muy por encima del 1,6% de beneficios que, según Marín, obtiene el consorcio de Alzira. Marín afirma que el consorcio no ha conseguido nunca más de eso, ya que el resto se ha invertido en proyectos locales, incluidos nuevos centros de salud y mejoras del propio hospital. Mosquis. ¿Una iniciativa privada a la que no interesan los beneficios?. Marín explica que Adeslas consigue un "beneficio intangible" gracias a la buena publicidad de su modelo de negocios, cuando la gente sabe "que un servicio privado puede prestar un servicio público o gestionar un servicio público". Podría utilizar para sí el eslogan de los publicistas de MadMen, la serie de éxito: Lo importante no es lo que vendas, es cómo lo vendas.
Lea el boletín de diciembre de la OMS.
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