Fotografía: Fundación Progreso y Salud. En la imagen, de izquierda a derecha: Augusto Silva, director general de Terapias Avanzadas y Trasplantes del Ministerio de Sanidad y Consumo; Cristina Avendaño, directora de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios; Natividad Cuende, directora ejecutiva de la Iniciativa Andaluza en Terapias Avanzadas; Gregorio Garrido, jefe de servicio de la Organización Nacional de Trasplantes; Ana Sánchez, Catedrática de Fisiología de la Universidad de Valladolid y miembro de la red Tercel.
Redacción Synaptica. Hubiera sido impensable con el PP en la Moncloa y el PSOE andaluz en donde siempre (la Junta de Andalucía). Pero los tiempos han cambiado y soplan otros aires en el teatro biomédico nacional, que ha visto, entre otros cambios decisivos, cómo las competencias en investigación de pata negra pasaban de Sanidad (curioso, constatar cómo sigue aguantando ahí Bernat Soria, el otrora mago de las células madre) a Innovación y a su ministra procedente de una empresa biotecnológica. Tiempos nuevos, decíamos. Lo suficiente para que el nodo de investigación en stem cells más reputado de España, la Red Tercel, organice con la Fundación Progreso y Salud, de la Junta de Andalucía, en la Escuela Nacional de Sanidad, un curso sobre terapias avanzadas, con la participación de más de 80 investigadores. Antes, molaban más las células madre embrionarias, porque eran una cosa progre. Ahora, los resultados clínicos se decantan por goleada a favor de las adultas. Y las stem cells procedentes de embriones se quedan, a día de hoy, para la investigación muuuy preclínica y como bandera ideológica, para irritar al facherío y a los obispos. Afortunadamente, la red Tercel siempre se ha quedado fuera de esta reyerta, que en ocasiones ha sido digna de una taberna portuaria, y se ha dedicado a lo suyo, que es hacer ciencia. Pero es un alivio para los científicos, especialmente para aquellos que se declaran amantes del silencio creador, en cualquier caso, que ya no haya proclamas incendiarias en torno a las células madre.
Deja una respuesta