Habrá que ver en qué quedará todo este asunto, pero por el momento las voces que no terminan de creerse el anuncio del ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, comienzan a oírse. Ahora le ha tocado el turno a la organización de consumidores FACUA, que considera una «tomadura de pelo» el anuncio del ministro del ramo acerca de que devolverá la atención primaria a los inmigrantes irregulares. Y es que en FACUA recuerdan que, cuatro meses después de comprometerse a hacerlo, la cartera ministerial condiciona ahora tal concesión a que los afectados estén empadronados por más de un año en la comunidad autónoma en la que soliciten el acceso, entre otras cosas.
Las personas ajenas profesionalmente al mundo sanitario no tenemos ni idea de la complejidad que entraña el funcionamiento de un hospital. Cuando, abocados por la necesidad impuesta por un problema de salud, entramos en contacto con estos mastodontes institucionales, nos quejamos si la atención ha sido deficiente y les echamos un último vistazo agradecido al salir por sus puertas si se nos ha tratado bien. Poco más: cometemos el inmenso error de juzgarlos solo como un bien de consumo por el que pagamos. Como una entrada de cine, un paquete de vacaciones o la revisión anual del coche familiar; con la conciencia nebulosa de no controlar muy bien la relación calidad-precio, independientemente de si ese pago se produce a través de la recaudación fiscal o de una póliza de seguro privado.
El pasado 1 de julio, el Ministerio de Sanidad de España anunció la puesta en marcha del sistema de venta a distancia a través de Internet de medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica. Veintitrés días más tarde, a 24 de julio de 2015, la herramienta web oficial prevista para ofrecer el listado de farmacias que realizan esta actividad, Distafarma, indica que son seis los establecimientos inscritos en este registro.
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Alfonso Pedrosa.- El Centro de Información del Medicamento (CIM) del Colegio de Farmacéuticos de Sevilla ha puesto en marcha una acción formativa dirigida a profesionales de la farmacia comunitaria para mejorar la dispensación de determinados medicamentos, entre ellos los Anti-Inflamatorios No Esteroideos (Aines).
Como decía aquella canción, tres cosas hay en la vida: salud, dinero y amor. Un dicho más que conocido por todos. Al menos para los que tenemos cierta edad. Lo que ya no se tenía por tan claro era que vivir en pareja, que se supone siempre que es por amor, mejora nuestra salud. Pues bien, eso es lo que ha venido a decir ahora un estudio del Departamento de Sociología y Antropología Social de la Universidad de Valencia. Habrá quienes estén más o menos de acuerdo. Sobre todo, si las experiencias en pareja no han salido como uno esperaba. Pero vamos, los que continúan felizmente emparejados al cabo de los años sostienen que son más felices si cabe que cuando se conocieron.
Y ahora, el citado estudio que acaba de publicarse en la Revista Española de Investigaciones Sociológica viene a refrendar esa vieja idea defendida por unos y denostada por otros. Eso sí, el estudio lo describe a la inversa: subraya que las personas que no viven en pareja tienen peores niveles de salud y más posibilidades de sufrir ansiedad o depresión crónica, que aquellas casadas o que conviven con otra persona. La investigación, que se apoya en la Encuesta Europea de Salud 2009-2010, revela que el género es una fuente de diferenciación en salud en cuanto a enfermedades mentales si hablamos de personas separadas o divorciadas.
Según Simó-Noguera, que lidera dicha investigación en la mencionada universidad, las mujeres que han quedado sin pareja “muestran una peor salud que los hombres con el mismo estado civil y situación de pareja, además de presentar más probabilidades de sufrir ansiedad y depresión crónica”. Por contra, los hombres separados o divorciados “tienen riesgos más graves de sufrir depresión crónica que el resto de hombres”, añade el investigador. Teniendo en cuenta las conclusiones de esta investigación, este experto alude al “efecto beneficioso” de la convivencia en pareja, puesto que es una situación que “atenúa la mala salud en todas las patologías observadas”.
“La clave no está en el estado civil en sí mismo, sino en la interacción entre el estado civil y la situación de convivencia, por lo cual vivir con una nueva pareja después de la disolución del matrimonio preserva la salud de las personas implicadas”, argumenta dicho especialista, quien se ha apoyado en “estudios precedentes hechos fuera de nuestro país que ya habían mostrado que, tanto en hombres como en mujeres, el divorcio aumenta el riesgo de sufrir enfermedades”.
A eso se le llama virtud republicana y su fundamento es la educación. Dadle a la gente herramientas para saber interpretar la realidad desde la libertad y habrá participación ciudadana efectiva. También en Andalucía, por qué no.
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Ramiro Navarro.- La necesidad de multiplicar según Comunidades Autónomas los informes de evaluación de fármacos en España es un factor criticado por un amplio sector de la industria del medicamento. Los laboratorios suelen aludir al sensible desgaste que producen las negociaciones multibanda y la excesiva burocratización de la cuestión. Muchos clínicos también padecen este sistema como un lastre a la hora de atraer ensayos clínicos a sus hospitales, una labor de investigación clínica con la que se cuenta ya como una vía más de acceso a la innovación. Para mirarnos aunque sea por un rato en un espejo y aliñar el debate, un estudio publicado recientemente en European Journal of Cáncer ha querido comparar los modelos de evaluación de medicamentos contra el cáncer existentes en España y Reino Unido.
El estudio dice que se evalúan más fármacos en España que en el NICE, el sistema sanitario británico. Atribuye este incremento a una mayor existencia de recursos en las agencias autonómicas y a la utilización de procesos más simples. El sistema británico dice ‘no’ a más tratamientos basándose en sus umbrales de coste-efectividad. España, por su parte, tiende a realizar recomendaciones explícitas para subrupos de pacientes en los que los tratamientos pueden ser más útiles. En general, tardamos menos en evaluar cada medicamento. Pese a que el tiempo de respuesta desde las agencias autonómicas españolas es mejor, el estudio admite que las múltiples reevaluaciones pueden producir en ocasiones retrasos en el acceso.
Curiosamente, reconoce el papel de los Informes de Posicionamiento Terapéutico y subraya la carencia en estos informes de evaluaciones económicas externas que no dependan del Ministerio de Sanidad. Aun así, asume que dada la escasa trayectoria de los IPT habrá que investigar más adelante su impacto real en el acceso a tratamientos contra el cáncer. En este proyecto han intervenido profesionales del la Universidad de Liverpool, el Hospital de Cabueñes en Gijón, el Hospital General La Mancha Centro, la Universidad de Granada, y el Hospital Virgen de las Nieves.
Existen pocos mundos más opacos en el entorno sanitario español que el del procedimiento para establecer el aporte de valor de un medicamento a la salud de las personas. Ampliar «Dragones o lagartijas: hacia un informe ciudadano de posicionamiento terapéutico»