A igualdad de precios, los medicamentos genéricos no prevalecerán sobre los de la marca comercial. Desde 2012, cuando un paciente con reflujo gástrico, póngase el caso, iba a la farmacia con su receta de lansoprazol, el farmacéutico estaba obligado por la ley de dispensar el genérico aunque el Opiren Flas, la marca comercial, tuviera el mismo precio. Ya no. A igualdad de precio, el paciente también podrá llevarse la marca. Ampliar «Genéricos con menos privilegios»
El blindaje del sistema sanitario y la Atención Primaria, prioridades de la legislatura en Andalucía
Miguel Lasida. El consejero de Salud, Aquilino Alonso, ha presentado en el Parlamento de Andalucía las líneas maestras de su cartera para la presente legislatura. Durante su primera comparecencia en la Comisión de Salud, el consejero resumió en cuatro los "hitos" que marcarán la política de la consejería para los próximos cuatro años, mencionando la próxima aprobación de la Ley de Garantías y Sostenibilidad del Sistema Público de Salud, anteproyecto que prevé el "blindaje" del servicio sanitario; el desarrollo de la Atención Primaria como "eje vertebrador del sistema"; la apuesta por la investigación y la innovación, elemento generador de "salud, conocimiento, empleo y riqueza"; y la asunción por parte de la consejería de las competencias de consumo, en la que pretende reforzar "el poder de los consumidores frente a los abusos".
Del debate entre Alonso y la oposición destacaron asuntos en los que coincidieron varios portavoces de los grupos parlamentarios. En ese sentido, fue unánime la solicitud al Gobierno de un incremento de las dotaciones destinadas al sistema sanitario, que mejore así el estado laboral de las plantillas y, en global, la asistencia sanitaria ofrecida a los ciudadanos.
El consejero, que estableció el equilibrio entre negarse a llevar a cabo una gestión "economicista" pero siempre sujeto a la "responsabilidad de gestionar los recursos con eficiencia", admitió a sus interlocutores la necesidad de recuperar los recursos perdidos durante la crisis. "Sin prisa pero sin pausa", llegó a expresar Alonso, que, en síntesis, achacó a la limitación de la tasa de reposición (impuesta por el Gobierno central) la situación de precariedad en la que se encuentran los profesionales sanitarios en Andalucía.
Sobre la calidad de los servicios en salud, a cuya partida el consejero pretende dedicar el 6,5 % del PIB autonómico para el final de la legislatura, el consejero aseguró querer "estabilizar" las plantilas sanitarias y se remitió a los datos del ministerio para argumentar, en cambio, el óptimo estado de los tiempos de espera cuando fue interpelado por el deterioro del servicio público.
Al portavoz de Podemos, Juan Antonio Gil, que se refirió a la "privatización silenciosa" producida por los recortes, el consejero le refirió, entre otros, la obsolescencia del indicador del número de camas a la hora de analizar la calidad de un servicio de salud y que el objetivo, en ese mismo apartado, es seguir potenciando la cirugía mayor ambulatoria y aprovechar la mejora tecnologógica para evitar el uso superfuo de los recursos hospitalarios.
A la portavoz de IU, Inmaculdad Nieto, el consejero señaló que su apuesta es la de un "sistema sanitario publico de prestación publica", principio que recoge el mencionado anteproyecto de ley de sostenibilidad del sistema andaluz, negando así la interprelación de la portavoz que criticaba cómo la concertación en Andalucía es algo más que una actividad complementaria al servicio público.
Los portavoces parlamentarios aportaron iniciativas de cómo lograr la mejora propuesta de la Atención Primaria (AP), capítulo del debate en el que la oposición coincidió al completo en la alineación con el plan presentado por el consejero. La crítica de los grupos parlamentarios, en este caso, se centró en las dudas sobre su puesta en marcha concreta, a lo que Alonso contestó que la consecución del plan integral no será inmediata. "Mientras habrá actuaciones que mejoren el sistema, como evitar la excesiva buocratización, redefinir los tratamiento para crónicos y revisar las competencias de Enfermería", mencionó entre otros.
A los problemas derivados de las fusiones de centros hospitalarios se refirió la portavoz del PP, Catalina García, a quien Alonso respondió, reafirmando unas declaraciones efectuadas con anterioridad, que las uniones de unidades de gestión sólo se producirán si no existe oposición de los profesionales que la integran.
También fueron materia de discusión y consenso entre la opsición y el Gobierno la conveniencia de sumar instrumentos de participación dirigidas a las entidades ciudadanas y de los profesionales que deseen sumarse a la gestión compartida de decisiones. Fue ésa una materia en la abundó la portavoz de Ciudadanos, Marta Escrivá, que, junto al PP, fueron los grupos que más críticas realizaron en relación a las subastas de medicamentos que la Junta mantiene en vigor pese a la oposición del Gobierno central.
El consejero, que matizó a los portavoces al referirse a las subastas como "concursos públicos para la compra de medicamentos", derivó la responsabilidad al criterio de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarias (Aemps), auque acordó con Escrivá, portavoz de Ciudadanos, la "complejidad" del debate, particular que merecerá futuros debates en la sede parlamentaria.
Miguel Lasida. El número de sanitarios colegiados aumentó sensiblemente en 2014, rompiéndose así una tendencia que durante los años de crisis fue de incrementos débiles o disminuciones. El número de médicos entre 2013 y 2014 se incrementó un 2,3%, el de enfermeros lo hizo en un 3,1% y el de farmacéuticos colegiados fue del 2,6%, señala una nota publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Dentro de la variación de especialidades sanitarias colegiadas, cabe destacar el crecimiento del 131,4% que experimentaron los psicólogos, que pasaron de 12.404 colegiados en 2013 a 28.707 en 2014, habiéndose registrado 7.313 terapeutas en 2012.
Aunque entre 2010 y 2014 se produjo una crecimiento neto del número de sanitarios colegiados, es de reseñar que entre 2010 y 2012 las variaciones se estancaron o resultaron discretos incrementos, como indica el gráfico aquí adjunto, mientras que desde 2013 la tasa de crecimiento de los colegiados sanitarios registra un aumento sensible, dato que coincide con una decreciente población desde 2012.
En Andalucía, comunidad cuyas tasas de médicos y enfermeros siguen estando a la cola de España, la tasa de médicos colegiados en 2011 fue de 3,95 por mil habitantes. Ese cociente bajó en 2012 a 3,92, se elevó a 4,01 en 2013 y vuelve a crecer en 2014 con una tasa de galenos colegiados de 4,30 por cada mil habitantes.
Miguel Lasida. Aunque la taxonomía tradicional cataloga al ser humano de organismo, tampoco son pocos ni jóvenes los investigadores que prefieren contemplarnos como ecosistemas en los que viven, interactúan y se reproducen diferentes formas de vida: bacterias, arqueas, virus y hongos. Sin ellos, el hombre no habría sobrevivido en medio del aliento evolutivo del planeta.
Todo ecosistema –un bosque de matorral bajo, una marisma o una salina, por mencionar tres cercanos– precisa de un delicado equilibrio. Cualquier alteración en la concentración de algún nutriente o en las condiciones atmosféricas del ecosistma pueden provocar la alteración de los seres vivos que la componen y causar su destrucción. Es lo que está ocurriendo, según defienden algunos, con algunas de las bacterias que viven en un frágil equilibrio natural con nosotros.
Así lo cree Martin Blaser, al frente del Programa de Microbioma Humano de la Universidad de Nueva York, para quien el abuso de antibióticos (y el de otras prácticas médicas) puede ser la causante de "plagas modernas" como la obesidad, la diabetes, el asma, las alergias, las intolerancias y otros desórenes alimentarios.
Por medio del estudio detallado de la presencia del Helicobacter pylori en nuestra flora intestinal, Blaser sostiene que el efecto devastador sobre nuestros ecosistemas internos no sólo es debido al abuso humano de los antibióticos, sino a su abuso como cebo para animales de matadero en edades tempranas. Una reseña sobre estos estudios y cómo lo recoge en el libro Missing Microbes puede leerse en The Lancet.
Miguel Lasida. La Admnistración General del Estado abonó 26.172 millones de euros en los ejercicios 2012 y 2013 para satisfacer la deuda de las comunidades autónomas en materia sanitaria. Más de la mitad de estas partidas extraordinarias, financiadas a través de los dos mecanismos puestos en marcha a tal efecto -el Fondo para la Financiación del Pago a Proveedores (FFPP) y el Fondo de Liquidez Autonómica (FLA)-, fueron requeridas por Cataluña, Comunidad Valeniana y Andalucía.
Las administraciones sanitarias que más financiación precisaron fueron, por este orden, la catalana (5.340 millones), seguida muy de cerca de la valenciana (5.314 millones) y de la andaluza (5.171 millones). A continuación fueron Castilla-La Mancha (2.530 millones), Murcia (1.830 millones), Baleares (1.321), Madrid (1.107) y Canarias (1.050) los que más deuda arrastraban, según una información publicada en la web del Ministerio de Sanidad.
Un veinteañero llora porque odia su trabajo en el taller y requiere del certificado que lo excuse unos días. Sueña con trabajar en el bar de copas de su compadre.
Un agricultor aúlla la inmovilidad de su dolor debajo de un olivo que desvareta.
Una mujer de 43 años que cuida de su madre fantasea entre la alergia y el insomnio un amor furtivo mientras atiende en la caja del supermercado.
Una familia de rumanos que vive en una finca: la mujer ya no recuerda cuándo dejó de querer tocarla su marido.
El panadero ya no puede subir las escaleras del soberado donde guarda el telescopio: se ahoga.
Un vecino pide ayuda para su esposa: tiene una hemorragia «en sus partes».
Al de la ferretería acaban de decirle que internet dice que dicen algunos estudios que lo que la televisión dice sobre la pasiflora no tiene por qué ser del todo cierto.
Ampliar «Salud y Comunidad Rural – la salud que viene se decide en el pueblo»
Miguel Lasida. Las iniciativas legislativas populares o ciudadanas son procedimientos de democracia semidirecta que los estados adoptan en sus legislaciones para facilitar la participación de la sociedad en la proposición de leyes, corrigiendo de algún modo los sistemas de democracia representativa predominantes. La Unión Europea, que introdujo este mecanismo en el Tratado de Lisboa (2009) ha respondido recientemente a la segunda iniciativa ciudadana europea efectuada en un lustro. Lo ha hecho la Iniciativa Ciudadana Europea One of Us, que ha recogido 1,7 millones de firmas para tal fin, cumpliendo así los requisitos exigidos en el reglamento.
La iniciativa de One of Us (Uno de nosotros), grupo impulsado por diversas asociaciones Pro-Vida europeas, ha pretendido "no consentir ni financiar acciones que presupongan o favorezcan la destrucción de embriones humanos" en los ámbitos de investigación, ayuda al desarrollo y salud pública, lo que, en la práctica, habría supuesto interrumpir la financiación de proyectos con células madre establecidos en el programa de investigación e innovación Horizonte 2020.
La Comisión Europea, en base a los Tratados de la UE y la Carta de los Derechos Fundamentales de la UE, ha respondido negativamente a la iniciativa legislativa de One of Us mediante una comunicacion publicada el pasado 27 de mayo. Para ello, el gobierno nominal de la UE ha esgrimido la decisión del colegislador europeo, es decir, el Consejo y el Parlamento europeos, órganos que afirman haber "tenido en cuenta las consideraciones éticas, los posibles beneficios para la salud y el valor añadido del apoyo a nivel de la UE para la investigación con todos los tipos de células madre".
En términos democráticos, el debate sobre la investigación de células madres es sin duda lícito. Una minoría de cerca de dos millones de europeos -en una población aproximada de 500 millones- reclama a las instituciones comunitarias la discusión pública -y ulterior normativa- sobre "el reconocimiento del embrión humano como un ser individual y único desde el momento de la concepción", una manifestación de tinte casi teocéntrico que tantas neuronas consume en la población de sociedades meridionales. Nos encontramos por tanto ante la eterna lucha entre el impulso de la ciencia y el freno de la religión, repetida a menudo a lo largo de la Historia. No será necesario recordar aquí el célebre Eppur si muove ("Y sin embargo se mueve") que se le atribuye a Galileo cuando fue conminado a retractarse de que la Tierra giraba alrededor del sol. El tribunal de la Santa Inquisición, en virtud del dogma católico del momento, lo obligó a desdecirse. Aunque a regañadientes, cuenta la leyenda, Galileo se retractó.
A regañadientes ha aceptado también la Iniciativa Ciudadana Europea One of us la negativa de la Comisión. En su respuesta, el Comité Ejecutivo de esta asociación de asociaciones manifiesta "valorar la posibilidad" de apelar al Tribunal de Justicia de la UE. Desde One of Us lamentan que la iniciativa no haya continuado su "tramitación ante los órganos legislativos competentes". De momento, informan en una nota publicada en su web, están promoviendo la petición de "médicos, científicos, juristas y políticos" con objeto de solicitar a la Comisión la revisión de la iniciativa. Resultaria difícil, como está el estado de cosas, que la Unión Europea renunciara a la investigación con células madre. La vida de decenas de miles de ciudadanos está en juego, sí, pero el juego consiste sobre todo en la carrera mundial por el logro de terapias de decenas de miles de millones de euros. En eso, las instituciones de la UE no atienden a creencias religiosas ni a minorías. (Y a veces, claro está, casi ni a democracia.)
Miguel Lasida. El semanario británico The Economist ha publicado en su última edición la reseña del libro The Big Fat Surprise: Why Butter, Meat and Cheese Belong in a Healthy Diet, cuya autora, Nina Teicholz, pone en cuestión los estudios que han atribuido a las grasas saturadas la responsabilidad de la alta prevalencia de enfermedad cardiovascular en el mundo. En su lugar, viene a defender Teicholz, son los glúcidos y su relación con la concentración de insulina las que causan los desajustes fisiológicos culpables de patología del mayor grado.
Cuestionar el conocimiento heredado, la verdad establecida, ha sido para la ciencia labor tan esencial como procedimental. (Tal es la encomienda, a propósito, que la sociedad traslada a los medios de información.) Con todo, y siguiendo una improbable estela humanista, cabría considerar que el cuestionamiento del dogma debería suceder en la ocupación diaria del grupo y del individuo, de cada una de esas personas que hoy, y cada vez más, tienden a asociarse en redes y comunidades desde las que contrastar la duda. Y desde las que expandirla.
Al cambio de paradigma tecnológico le ha seguido el cambio social, en un entorno de profunda crisis informativa. No era de extrañar, en este contexto, que la publicidad y la propaganda estén tratando de campar a sus anchas, aprovechando la confusión predominante. Es el caso de las noticias relacionadas con la dieta y los hábitos alimenticios en los últimos años, un particular que está adquiriendo dimensiones de una colosal ola nipona. Hay quienes sostienen que la cuestión de las dietas -chefs incluidos- no es más que una burbuja que acabará como las anteriores. Otros optan por dirigir su porción de fe, o de duda, a un catálogo de renuncias gastronómicas en pro de la salud y, cómo no, de un indisimulado culto al cuerpo.
¿Comer grasas saturadas no es perjudicial entonces? ¿Y en base a qué, se preguntarán algunos, determina la American Heart Association (AHA), en relación a sus advertencias sobre el consumo de grasas, qué es beneficioso para la salud y qué no lo es? Más cerca, en España, ¿es la dieta mediterránea un hábito alimenticio tan saludable como siguen concluyendo tantas investigaciones? La ciencia dice y se desdice, ese es su cometido. Como el de los medios. Y como la del individuo, a quien, si hace un uso atinado de la red, no le costará llegar a miles de lectores, gracias a un comentario efectuado en la reseña sobre una controversia científica publicado en The Economist.
A continuación, la traducción del texto de joski65, un lector anónimo que compartió de este modo su visión sobre el ruido informativo que rodea al sector de los alimentos, las dietas y, en general, los hábitos de vida, un comentario a la noticia que quizá haya tenido más repercusión incluso que la propia noticia. En esto consiste en lado salvaje de nuestra nueva sociedad de la información.
joski65 – Jun 3rd, 12:25
Corre. No corras. Camina, es mejor. Pero no salgas a caminar por la mañana: el aire está demasiado contaminado. Caminar por la tarde no es bueno para la digestión y deben transcurrir al menos tres horas entre la caminata y el sueño. Haz deporte. Pero no deportes de impacto, pues podrían dañarte las rodillas y las articulaciones de por vida. Haz natación. Pero recuerda que el agua de la mayoría de las piscinas no está limpia y puede provocar daño en la piel.
En cualquier caso, el ejercicio no es lo que verdaderamente importa. Lo que de verdad importa es la dieta. Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un pobre. Patrañas. Come cinco veces al día en pequeñas porciones. Céntrate en las proteínas. Come carne blanca, evita la roja. Come solo pescado. Como solo pollo. Come solo huevos. Come solo frutas y verduras. Pero verduras de hojas. No comas verduras de hojas porque pueden tener larvas de gusanos. Evita otras verduras: contienen restos químicos de la fumigación. Cómete los feos vegetales de la selva de Brasil, curan el cáncer. No, evítalas: producen impotencia. Come frutas pero no la piel. No. Cómete solo la piel, que es rica en proteínas. Pero no comas frutas que tengan semillas rojas, que son venenosas. Y las frutas verdes deben eludirse si tienen flores púrpuras.
Bebe leche. No leche de búfalo, sino leche de vaca. Pero hiérvela. Si no la hierves, bebe leche de cabra y no de camello. No. No bebas leche. El cuerpo no puede digerirla pasados los tres años de edad. ¿Y la leche materna? Solo hasta los tres años.
¿Bebidas? Agua. Pero no del grifo. Agua mineral, que es agua del grifo pero más sucia. Bebe solamente agua de los Alpes. Beber es bueno. Una pequeña cantidad de alcohol es beneficiosa para la salud. Pero bebe solo vino. Vino tinto, solo con carne. Bebe únicamente café y té. Bueno, no, que son dañinas a largo plazo. Bebe té verde. El té verde acarrea problemas en la próstata.
No fumes. Es cancerígeno. Los puros tienen menos alquitrán. Los beedis son mejores, pero provocan úlcera. Mejor, tabaco de picadura. El cannabis es malo. No, es medicina. Los yoguis lo fuman, pero los yoguis no llegan a ninguna parte. Respirar el aire en cualquier ciudad equivale a fumarse 20 cigarrillos.
Bienvenidos a la era de la información. Ahora disponemos de mejor información sobre salud y así podemos tener una opinión formada acerca de cómo lograr una vida saludable, feliz y emocionalmente estable.
Miguel Lasida. Que los tiempos están cambiando es algo que ya llevamos oyendo desde hace décadas. Los síntomas se hacen poco a poco más y más evidentes. Hay una parte de ciudadanos, cada vez más numerosa, que exige ser protagonista de su propia vida. Así de simple. La complejidad de este proceso de toma de decisiones compartidas se manifiesta en cada uno de los ámbitos de la vida, también en el de la salud. Médicos, enfermeros y farmacéuticos constatan día a día cómo los pacientes no son ya meros contenedores de información unidireccional y de preceptos (casi) sagrados sino que, de una forma proactiva, acuden a los centros asistenciales con la lección bien aprendida. ¿Por qué?, ¿para qué?, se osan a cuestionar los ciudadanos al profesional sanitario con el tutorial de google entre ceja y ceja.
La culminación de las nuevas sociedades, defienden quienes saben del tema, se produce cuando aparecen al fin las nuevas respuestas. Dentro del sector de los boticarios, la atención farmacéutica se presentó allá por la década de 1970 como un modo innovador de abordar la farmacoterapia, buscando así una correcta utilización del medicamento. La clave radicaba en el diálogo farmacéutico-paciente, en el flujo bidireccional. Desde la humildad, desde la cooperación y desde el ejemplo. ¿Por qué? Porque al farmacéutico le está encomendado el control de la seguridad y la eficacia de los tratamientos. ¿Para qué? Para lograr que ese raquítico 40 % de fármacos que cumple verdaderamente su fin terapéutico aumente y, a la vez, contribuya a disminuir el elevado gasto sanitario que deriva de la mala praxis.
Si se pretende que esa nueva relación entre el profesional de la salud y el paciente llegue a buen término es necesaria una población de sanitarios que asuma su labor con liderazgo. Y, para líderes, el modelo del recientemente fallecido Nelson Mandela. En esta ocasión, el vínculo entre el líder surafricano y la atención farmacéutica nos ha venido de la mano (y de la obra) de Manuel Machuca, que no hay azar que lo apoque. Inmerso en mil batallas desde el universo de la farmacia comunitaria, y cuyos poros rebosan ética hácker y una cierta alma meta-punkie, Machuca presentó el martes en un taller organizado por Pfizer y Cecofar la necesidad de acoger en el seno de la farmacia el espíritu ubuntu, esencia que impregnó Suráfrica una vez que quedó al descubierto aquella caja de Pandora que concluyó con la ominosa era de opresión racial.
Lemas como "del yo al nosotros", "soy porque nosotros somos" figuraron en el frontispicio de aquel extraordinario episodio surafricano marcado por líderes como Nelson Mandela o Desmond Tutu. Aquel liderazgo provenía de unos valores que bautizaron un nuevo periodo, el del renacimiento africano, en el que predominaron la generosidad, la reconciliación y el valor de mirar hacia adelante. Entre los boticarios, sostiene Machuca, urge la apropiación de ese espíritu ubuntu. Y ahí debe situarse la atención farmacéutica, proceso llamado a abordar esa nueva necesidad social en la que los ciudadanos han dejado de responder como seres sumisos. Ahora quieren decidir. Y el profesional sanitario ha de estar ahí para ayudarlos a hacerlo. Nuevas respuestas para una nueva sociedad.
Miguel Lasida. Los hay a quienes inquieta corroborar este tipo de lugares comunes: la equidad culmina sin remedio en la hora de la muerte. No hay otra. La vida resulta plenamente igualitaria apenas en su tintineo final, casi sin poder uno vivirlo (ni regodearlo). Claro que, aunque cada individuo se enfrente igual al instante último, muy distinto resulta el modo en que ese se produce. El cómo. Y no se espera un alarde de igualitarismo en este particular: es evidente lo diferente en las formas del morir. Tan diversas, tan complejas en la mayoría de los casos, como las enfermedades. Tan inefable como la propia salud.
No es igual un infarto de miocardio que un accidente de tráfico o la consencuencia de una bala perdida en un órgano vital. El cómo. Desde antiguo, médicos y sociólogos han dedicado estudios a analizar la influencia del contexto social en el estado de la salud de las poblaciones. Es el caso, sin ir más lejos, de la posible relación entre crisis económicas y enfermedad. Ocurre en la actualidad, periodo en el que proliferan investigaciones que vinculan recesión y suicidio. Y, como era de esperar, para algunos hablan los números y para otros insultan las estadísticas.
Al margen de los resultados de tales estudios, existen investigaciones que dedican su objeto al cómo, es decir, al modo de contabilizar los datos de suicidios de los que luego se extraen los resultados. Así ocurre con la publicada recientemente en la Revista de Psiquiatría y Salud Mental, en la que se pone de relieve que las cifras de registro de suicidio obtenidas por los institutos de medicina legal de España no concuerdan en casi ninguno de los años y provincias con las del Instituto Nacional de Estadística (INE). "Dada la importancia que tiene conocer la magnitud real del suicidio en España, esto es preocupante", señala Lucas Giner, perteneciente al departamento de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla.
En cuanto a los motivos, no cabe sino mencionar la aritmética y la burocracia, dos conceptos llamados a la ordenación, pero que no podían sino derivar en caos en el ejemplo español, mero arquetipo de proceso entrópico en sí mismo. Las cifras médicas no coinciden con las estadísticas admnistrativas. ¿Y a qué es debido? Se trata del "intrincado camino" por el que fluye la información desde que es obtenida por el médico forense hasta que se procede a la cumplimentación de datos en las oficinas de Registro Civil. Matemáticas. Burocracia. Ruido.
"Entendemos que el importante número de personas que están implicadas en todo el proceso de la notificación de un suicidio -médico forense, personal del juzgado de instrucción, personal de los registros civiles, personal del INE- da lugar a que se pierda progresivamente información desde su origen al destino final", se dice en el estudio Número de suicidios en España: diferencias entre los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) y los aportados por los Institutos de Medicina Legal (IML), en el que ha participado, junto a Giner, Julio A. Guija, también del departamento de Psiquiatría de la Universidad de Sevilla.
El sistema actual de recogida de las cifras de suicidio, concluyen estos dos psiquiatras, no es eficaz ni fiable. Cuanto más larga sea la cadena de recogida de información, mayor es la posibilidad de error. El caos, pues, estaría asociado al ruido. El cómo se revelan estos arcanos, que originan la mencionada disparidad de datos oficiales, es algo que se escaparía al entendimiento de cualquiera que se lo proponga en vida, así como poco previsible es que se conozca después de ella, en el único instante de equidad reconocida, por muy lugar común que tal aserto pueda entenderse.
Pie de foto: Los psiquiatras Lucas Giner (dcha.) y Julio A. Guija, en la facultad de Medicina de la Universidad de Sevilla.
Miguel Lasida. El estroncio es un metal relativamente abundante en la naturaleza en forma de sulfato y carbonato. En la tabla periódica el estroncio se sitúa en la columna de los alcalinotérreos, cuyos elementos coinciden en poseer en su órbita exterior dos electrones para reaccionar con el resto del universo molecular -explicación basada en el siempre intuitivo modelo atómico planetario de Bohr-.
El calcio es también un metal alcalinotérreo. Es más pequeño que el estroncio, pero ofrece como intercambio los mismos dos electrones en su capa más exterior. La similitud de ambos elementos les confiere una cierta intercambiabilidad en las conformación natural de moléculas. Sin ir más lejos, el cuerpo humano no diferencia el estroncio del calcio en el proceso de absorción, lo que ha hecho explorar a científicos el papel del estroncio en enfermedades relacionadas con procesos de calcificación o descalcificación.
La osteoporosis es una de esas enfermedades. En comparación con la población de su edad, los enfermos de osteoporosis sufren una disminución más acusada de los tejidos de los huesos: pérdida de proteínas de la matriz ósea y de las sales cálcicas depositadas en ella. Existe un problema derivado: la menor resistencia al impacto o a las caídas facilita la aparición de fracturas. Otra dificultad en tiempos de recortes públicos: el coste de la atención a la osteoporosis en el Sistema Nacional de Salud, informó recientemente en la sede del Colegio Oficial de Farmacéuticos de Sevilla el reumatólogo Rodrigo Ramos Morell, supone "el doble que la atención a la diabetes de tipo 2".
Con estos antecedentes, no era extraño el hallazgo de un fármaco que usara el estroncio para paliar las consecuencias de la osteoporosis. Así fue cómo en 2004 comenzó a prescribirse en Europa el ranelato de estroncio -Osseor (Laboratorio Rovi) y Protelos (Laboratorio Servier)- pero cuya comercialización ha sido recientemente interrumpida por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) a instancia del Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia Europeo (PRAC).
Pese a los datos evidenciados en la prevención de fracturas vertebrales en mujeres postmenopáusicas, no ha sido la del ranelato de estroncio una historia afortunada en la farmacopea europea. El Servicio Vasco de Salud, en 2005, por citar un factual, seguía considerando los bisfosfonatos como el tratamiento de elección en casos de osteoporosis postmenopáusicas en detrimento del ranelato de estroncio.
Dos años después, en 2007, la Aemps advirtió sobre el riesgo de hipersensibilidad grave que incluía DRESS, añadiéndose nuevas contraindicaciones de uso en 2012. En esta ocasión, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) revisó el beneficio-riesgo de ranelato de estroncio, cuyo resultado lo contraindicó para "pacientes con tromboembolismo venoso actual o previo y pacientes inmovilizados de forma temporal o permanente".
La propia Guía de Práctica Clínica sobre Osteoporosis publicada en 2010 había señalado la necesidad de un estudio detenido de "los efectos secundarios vasculares" del ranelato de estroncio, anotación que se completó, antes de su suspensión el pasado mes de enero, con una nueva recomendación de la PRAC el pasado año: "No usar ranelato de estroncio en pacientes con antecedentes de cardiopatía isquémica, enfermedad arterial periférica o enfermedad cerebrovascular e hipertensión arterial no controlada".
Entre los reumatólogos se encuentran quienes creen que el uso del ranelato de estroncio quedará restringido próximamente en España a la dispensación hospitalaria, especulación que le gustaría ver refrendada en forma de orden ministerial a las empresas farmacéuticas Savier (Francia) y Rovi (España). No se conoce aún cómo procederá el resto de estados de la Unión Europea al respecto. De entrada, en otras regiones del mundo, como en EEUU, ni siquiera se comercializó. Todo el mundo sabe que la salud tiene insalvables límites oceánicos y confusas torres de babel que desmadejar.
Miguel Lasida. La muestra de sangre de cualquier persona será suficiente para predecir si padecerá cáncer de colon. Y entre los creadores de este análisis figurará la firma de un sevillano. No, no es ciencia ficción, sino biomédica. En 2015 la empresa Universal Diagnostics dispondrá de un método para detectar el cáncer en el individuo antes de que aparezcan los síntomas. Así lo anuncia Juan Martínez Barea, uno de los impulsores de este nuevo procedimiento diagnóstico. "Ahora estamos en una fase intensa de investigación y desarrollo, pero en un año deberíamos tener el primer test de cáncer de colon ya listo", señala un estandarte de esta forma actual de hacer empresa y de ser empresario. Emprendimiento. Emprendedores sociales, así los llaman. "Me gusta más el término entrepreneur, que encierra un concepto más vital", zanja.
Hijo de un marmolista de Macael, Almería, el perfil de este sevillano de 47 años se aleja del empresario gordo, con traje y gafas oscuras representado en las caricaturas. Juan Martínez cursó sus estudios en la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Sevilla. De ahí fue a ingresar en la Escuela Central de París, donde completó un máster de Economía, completando su formación con los estudios de Dirección de Empresas realizados en el Massachusetts Institute of Technology (MIT). Ahora, además, es embajador en España de una institución académica de la NASA, la Singularity University. "Hoy día no es necesario irte a vivir a ningún sitio para desarrollarte como persona o como emprendedor", indica al explicar que, cuando llegue a casa, después de esta entrevista, se conectará en Skipe con sus socios de Málaga y Eslovenia para continuar, vía telemática y en red, el desarrollo de la prueba diagnóstica de cáncer de colon.
Serán sus orígenes, será su experiencia profesional, será lo que sea de lo que haya sido testigo en su trayectoria, Juan Martínez no sólo no puede evitar un aire profundamente optimista sino que lo expresa a los cuatro vientos, con la fe de un converso. Tanto es así que llegan a molestarle lo que él considera "visiones apocalípticas" sobre la sociedad que viene; una, por ejemplo, en la que los ciudadanos podrán saber a qué enfermedades estaremos condicionados genéticamente. "¡¿Sociedad de castas?!", exclama al oír la observación del miembro de un comité de bioética acerca de las posibles consecuencias de un test genético generalizado. "Cada vez vamos hacia una sociedad más ética. Hace 40 años una mujer no podía tener una cuenta de ahorros en un banco en España. Ahora eso sería impensable", expone. Al cabo, todo es un asunto de lo que decidamos entre todos. El conocimiento del genoma, por tanto, tampoco generará desigualdades sociales: "Habrá una ley que prohíba marginar a causa de la herencia genética. Las aseguradoras no podrán cobrar más a alguien por tener alguna disposición a contraer una enfermedad. Eso sería una marginación brutal que la sociedad no permitirá", sostiene.
El individuo frente a lo público
Para Martínez el individuo tiene un importante peso en el devenir diario de la sociedad. Por eso califica como "terroríficos" los datos aportados por un estudio del Eurobarómetro. "El 85 % de los españoles cree que su futuro depende de la suerte y de lo que hagan otros por ellos. En EEUU esa tasa baja al 28 %", revela antes de derivar de ese razonamiento el actual clima social y político en España. "Por eso somos tan críticos con los políticos, con los empresarios y con lo que hagan los demás. Son ellos los que nos tienen que salvar, se piensa, y por eso la vida nos va cómo nos va", se lamenta.
Se niega a hablar mal de la gestión pública, advierte, pero no por nada, sino "porque hoy día es lo fácil y lo que hace todo el mundo. Los políticos, además, no son personas que vienen en un ovni; los votamos nosotros". Desde su paso por la Consejería de Innovación y Ciencia, donde ejerció como secretario general de Innovación desde 2010 a 2012, Martínez pudo comprobar la dificultad que acarrea intentar cambiar el estado de las cosas. "Como decía Arquímedes: dadme un punto de apoyo y moveré la Tierra. Para mover Andalucía, en cambio, no es suficiente un punto de apoyo. Hay que movilizarlo todo, cada uno de los departamentos. Esto debe proceder desde arriba. El cambio tiene que venir desde la presidencia, aunque también debe de ser extremadamente difícil. Tendría que haber una estrategia que lo movilice todo: la economía, la empresa, la innovación, las finanzas, la educación. Todo".
En la consejería puso en marcha las becas Talentia, particular que le reporta particular satisfacción, "un programa en marcha del que han disfrutado ya más de 400 andaluces de origen humilde para poder estudiar en las mejores universidades del mundo". Pero lo de Martínez es la puesta en marcha. La creación. La proactividad. La observación y el disfrute de los resultados, mejor a cuanto menor plazo. Es lo que pudo comprobar al activar el proyecto 50K, en 1999, a imagen y semejanza de un modelo de creación de empresas de base tecnológica del MIT. Con aquello Martínez pretendió "transformar Andalucía y España". Entretanto, sirvan su testimonio, su entusiasmo, su ambición y sus palabras. "La creación de empresas es la mejor manera de progresar de una sociedad. Genera riquezas que luego se redistribuyen en la sociedad. Las empresas traen prosperidad socioeconómica y serán, más que los gobiernos, las que resuelvan los problemas sociales".
En ese mundo futuro, insiste Martínez, no pesará el lugar de nacimiento o la condición social para tener acceso a todas las oportunidades. Sólo cabrá la actitud del individuo, su disposición. "Yo animo a todos a que sean emprendedores. A que la gente lleve las riendas de su vida. Eso es ser emprendedor. Luego, para que las cosas ocurran, se necesita que haya muchos emprendedores que hagan cosas y lancen proyectos. En unos casos serán empresarios y en otros emprendedores de carácter civil o social, medioambiental, de educación, de salud, etcétera". Aunque todo tiene un precio: "Hay que ir al cole, hay que estudiar, hay que partirse la boca. Lo que no se puede pretender es que todo el mundo sea igual, todos por igual, valientes. No. Para mí el mundo que aparece es el más justo en que hemos vivido jamás. Todo dependerá de uno mismo, aunque más justo", apostilla, "no tenga que significar más igualitario".