by Tama Leaver. Setting the Mac vs PC debate…

Redacción Synaptica. Cinco y media de la tarde. Sopor en la Comisión de Salud del Parlamento de Andalucía. La consejera Montero expele datos, uno detrás de otro, con una dialéctica de frontón imposible de digerir. Los suyos, los de su grupo político, sestean satisfechos. Los otros siguen con su runrún-raca-raca, runrún, qué tal, encantados de conocerse. La cosa va de rendir cuentas de la actividad asistencial en la sanidad pública en los meses de verano. Al parecer, ya no hay paréntesis estival en la asistencia sanitaria. El SAS ya no se va de vacaciones. Pero no porque jamás se eche el cierre en la organización, a costa de acumulación de cupos o de sobrecarga directa del personal. Es que, al parecer, el sistema sanitario funciona como la seda, asume con tanta soltura la demanda que se presenta que "la normalidad es el mejor balance que podemos ofrecer en este periodo", dice la consejera. Amén. Mientras, la mosca tsé-tsé zumba en la sala de la comisión, narcotizando hasta a los asesores de acero de la titular de Salud. Toma la palabra la señora Corredera Quintana, portavoz del Partido Popular. "Ha sido un verano lleno de polémicas". Vaya por Dios. "Polémicas por el despido de eventuales, por sus declaraciones, señora consejera, sobre los sueldos de los profesionales, por las horas extra que muchos han tenido que hacer….". La diputada Corredera Quintana cita una y otra vez, sin mencionarlo explícitamente, al diario ABC (al parecer su manual de gestión sanitaria de cabecera) y habla de usuarios y sindicatos indignados en Granada. La portavoz del PP vuelve a recurrir a los recortes de prensa, esta vez de El Mundo, otra vez sin citar al periódico… Total, todo es un desastre. La consejera Montero la mira un poco así, en un ángulo como de soslayo callejero, generosamente apoyada en el respaldo del sillón e inclinándose de vez en cuando sobre los folios. Va sobrada. Sigue hablando la portavoz del PP. Según su diagnóstico, la situación de los hospitales del SAS parece propia del delta del Mekong en la guerra de Vietnam. La mosca tsé-tsé vuelve a catar sangre electa y varias testas de tribunos cabecean en la sala. Cierre de camas en Cádiz. Falta de personal en Málaga. Incluso en Chipiona, pardiez, faltan currantes de la sanidad en verano. "La ansiedad genera colapso y el colapso genera tensión", dice Corredera. La diputada pierde una oportunidad de oro para cubrirse de gloria citando al maestro Yoda: el colapso genera tensión, la tensión lleva a la cólera y la cólera lleva al lado oscuro, pudo decir. Que la Fuerza la acompañe. Por meter palitos en candela, el diputado Núñez (PSOE) pide a sus colegas que se ciñan al orden del día y acusa a Corredera de hablar en nombre del sector más derechoso del Sindicato Médico. Toma del frasco, Carrasco. Eso tampoco venía en el orden del día, aunque Nuñez, zorro plateado, se guste al oirse y Rosa Ríos, la joven portavoz socialista, sonría complacida ante las fintas del veterano gladiador. Varios politonos de móvil sacuden de la siesta a alguna de sus señorías y la mosca tsé-tsé abandona la sala. Sigue Núñez haciendo méritos, cuidando de lo suyo. Mejoras en infraestructuras. Gestión eficiente. Asistencia sanitaria de calidad. "Gracias a que pintamos las habitaciones de los hospitales en verano, los profesionales pueden tomarse vacaciones y trabajar el resto del año con normalidad". Aquí no pasa nada. Somos los mejores. Ah, y caña a la gestión privatizadora del PP en la Comunidad de Madrid, donde gobierna el partido de la señora Corredera Quintana; leñazo sin venir mucho a cuento, la verdad. Núñez culmina su intervención con una frase que algún día se valorará como una joya de la oratoria parlamentaria: "Señorías, no se puede tener teta y sopa". Eso. Más de lo mismo. Vacaciones en el SAS.