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Redacción Synaptica. El mercado mundial de medicamentos crecerá 300.000 millones de dólares en los próximos cinco años. El monto total en 2014 superará el billón de dólares. Eso no es dinero: eso es una barbaridad. Palabra de IMS. Así se detalla en el último informe pronóstico de esta empresa de análisis económico del sector, considerada el gold standard de la fiabilidad por su dilatada experiencia y a falta de otras fuentes accesibles de contraste que resistan la comparación de sus datos en los mismos términos.

Ya se dijo por aquí que no todo el mundo se moja cuando llueve. Ahora, el informe de IMS aporta algunas claves que explican por qué eso es así. Las ventas mundiales de medicamentos crecieron un 4.8% en 2008 y un 7% en 2009. El crecimiento esperado para 2010 oscila entre un 4% y un 6%. Según explica Murray Aitken, vicepresidente de IMS en una nota de prensa de la compañía, "la demanda de medicamentos se mantiene robusta, a pesar de los persistentes efectos de la recesión económica en muchas zonas del mundo". Y aquí empieza a destilar sabiduría el gran Murray: "En los mercados desarrollados con planes de asistencia sanitaria financiados con fondos públicos, la presión de los pagadores para frenar el crecimiento del gasto en medicamentos se intensificará, pero será más que compensada con la continua expansión rápida de la demanda en los mercados farmacéuticos emergentes. Se prevé que el crecimiento en los próximos cinco años será fuerte, a pesar de que la industria afronta los años clave de expiración de patentes de medicamentos innovadores introducidos en el mercado hace diez o quince años y la subsecuente aparición de alternativas de genéricos de menor coste". Aunque no van a ser días de vino y rosas. Para nadie. Tampoco para los sistemas sanitarios con prestación farmacéutica pública.

El informe de IMS aporta cinco claves valiosas para quien quiera saber un poco más del complicado rompecabezas de la industria farmacéutica y su entorno económico y social. Que lo configuramos entre todos: a fin de cuentas, si ventisquea en Cáceres, un suponer, es porque se ha formado una tormenta en Wall Street, pongamos por caso.

Primera reflexión: la traslación del centro de gravedad del cotarro hacia los pharmerging markets (ah, el encanto de los palabros). La tasa de crecimiento de el mercado farmacéutico de las regiones de Asia-África-Australia y América Latina está doblando ya a la de los tradicionales mercados de países desarrollados y esa distancia va a ser mayor en los próximos años.

Segunda reflexión: la irrupción de los genéricos y su consolidación como referencia en determinadas patologías crónicas será compensada por la industria innovadora centrando su I+D en patologías con gran demanda de soluciones clínicas, altos costes asociados a la enfermedad y con posibilidades de nuevos enfoques terapéuticos. El informe hace referencia a las áreas de oncología, diabetes, esclerosis múltiple y VIH. De esta manera, cuando las innovaciones terapéuticas que aparezcan en estos ámbitos lleguen a los pacientes, habrá que financiarlas: esos recursos saldrán de los ahorros vinculados a la utilización de genéricos en otras áreas.

Tercera reflexión: llega la moda de los recortes. Los sistemas sanitarios financiados con fondos públicos están abocados, por la crisis económica, a reducir el crecimiento del gasto farmacéutico. El informe de IMS cita a Turquía, España, Alemania y Francia como países donde se han puesto en marcha diferentes medidas en esa dirección, de carácter más o menos impopular. No van a ser los únicos.

Cuarta reflexión: la hora de la verdad de los genéricos y la innovación. En los próximos cinco años, productos que suman en ventas más de 142.000 millones de dólares entran en el mercado de los genéricos del mundo desarrollado. Una pasta, sí señor. El impacto en pasar de marca innovadora a genérico al tratar a los pacientes en las áreas de control del colesterol, antipsicóticos y antiulcerosos se valora entre 80.000 y 100.000 millones de dólares en todo el mundo hasta 2014. Este impacto será especialmente duro para las compañías que operan en EEUU, donde dos tercios de las patentes, medidos en valor de mercado, expirarán en ese momento: el periodo clave será 2011-2012, cuando seis de los diez productos con mayores ventas quedarán a la intemperie del mercado de los genéricos.

Quinta reflexión: las autoridades financiadoras mirarán con lupa las innovaciones. Se va a mantener el ritmo anual de lanzamiento al mercado de entre 30 y 35 nuevas moléculas. Pero habrá más rigor y evaluaciones más complejas por parte de los gobiernos antes de aprobar un nuevo medicamento y asumir su reembolso. A eso habrá que añadir la capilarización administrativa de los controles en el ámbito regional y local en determinados países, como España, China, Canadá e Italia, lo que, según valora IMS, puede contribuir a retrasar la llegada de determinados medicamentos a los pacientes y a que los gobiernos modulen así los desembolsos iniciales.

Para Murray Aitken, se abre un tiempo de "esperanza" en la recuperación económica mundial que despeje las "incertidumbres" del mercado farmacéutico, en el que habrá que seguir el impacto de las reformas abordadas en algunos países (Obama, yeah) y en el que, mirando un poco más lejos, allá por 2020, los productos biofarmacéuticos tendrán mucho que decir.

En fin, son pronósticos. Pronósticos de gente que sabe, como IMS. Ahí va su nota de prensa comentando la cuestión.