El PSOE ha ganado las elecciones en Andalucía y será este partido el encargado, de nuevo, de formar gobierno en la comunidad autónoma. La política científica del próximo Ejecutivo andaluz, si se ciñe al programa con el que los socialistas han ganado las elecciones, se basa en la conexión de la financiación de la ciencia con el aporte de sus resultados al crecimiento económico. A tenor de este enfoque, la ciencia básica más o menos ligada a ámbitos académicos  que no se haga a cubierto de grandes infraestructuras lo va a seguir teniendo difícil. Así, la idea es triplicar el peso económico de la I+D+i, pasando, en términos de PIB, del apenas uno por ciento actual al tres. Sin desvelar en el programa ningún compromiso financiero concreto, el PSOE propone que el aporte público (sin especificar procedencia de los fondos) sea de un punto y que la empresa privada financie con dos puntos de PIB las actividades de I+D+i. Si se tiene en cuenta que el PIB andaluz de 2007 fue de 147.175 millones, la I+D+i andaluza contaría con una financiación total durante los próximos cuatro a los de unos 4.415,25 millones, de los que casi 1.472 provendrían de fuentes públicas. La fórmula preferida de las infraestructuras será el cluster y se impondrá la financiación por proyectos. El PSOE pretende doblar la presencia de proyectos andaluces en el VII Programa Marco de la UE y abrir el club de la Corporación Tecnológica de Andalucía (CTA) a las pymes. En este contexto, el PSOE hace notar en su programa que se potenciará la fórmula inversora del capital riesgo. En el área biomédica, las propuestas más resaltables son, junto a la previsible continuidad del impulso a proyectos relacionados con terapia celular, la consolidación del GENYO del PTS de Granada, el IBIS y el prometido centro de nanotecnología de Málaga. 
Foto: NIH.