Alfonso Pedrosa. Paso a continuación un vídeo de una campaña contra el intrusismo del Colegio de Fisioterapeutas de Andalucía. El contador de YouTube dice que van ya más de 18.000 visitas en unas dos semanas. No está mal para un asunto de interés gremial (aunque el fondo de la idea apunte a los riesgos de los masajes de playa en manos indocumentadas).

Creo que hay varios elementos que explican por qué la campaña está recogiendo una interesante cosecha de viralidad.

1. El tirón de las caras conocidas de la tele y el cine, claro. Pero lo interesante aquí es que hay un territorio previo de confianza trabajada durante mucho tiempo: cinco años apoyando el Festival de Cine de Málaga antes de meterse en esto de los vídeos de Internet.

2. La conexión afectiva por encima del contenido del mensaje: los actores y actrices que salen ahí se ve que no tienen ni idea de la vida colegial de los fisioterapeutas ni de sus estrategias para combatir el intrusismo. Pero eso es lo de menos. Para eso son profesionales del lenguaje verbal y gestual. Y, sobre todo son personas: todos tenemos contracturas.

3. Apoyar la difusión de la campaña en las expectativas de levedad del público general, no en el mensaje sectorial contundente o beligerante (pasando de decisores políticos, colegiados e instituciones varias). A una celebrity le puede doler la espalda, pero nunca demasiado: nadie quiere escuchar penas ni tesis doctorales sobre la evidencia científica disponible en quiropraxis. Ese enfoque, además de ser más digerible y divertido, evita meterse en los charcos legales típicos de los entornos regulados.

4. Se ha comunicado masivamente la existencia de la campaña cuando ésta ya está teniendo éxito. No antes. Con lo que se construye un espejismo inteligente, una suerte de profecía ex eventu: la campaña que presentamos hoy va a funcionar… porque ya está funcionando.