Alfonso Pedrosa. En enero, España y sus socios comunitarios firmaron en Japón el ACTA, el famoso acuerdo antipiratería negociado en secreto, cuyas repercusiones pueden ir más allá de la estricta defensa de la propiedad intelectual y machacar algunos de los derechos civiles esenciales en Internet.

El Parlamento europeo tiene que votar sobre la ratificación de ese tratado en junio-julio de este año. Y ya se está organizando un movimiento de presión para que la UE no asuma ese texto regulatorio. Una de las referencias claves en esta historia es la campaña de la plataforma European Digital Rigths.

Todo esto, por supuesto, también afecta al sector salud. Y el fondo común de esta cuestión poliédrica no es ajeno a la realidad cotidiana que vivimos por estos pagos.

En el vídeo de abajo está explicado muy clarito por dónde y cuándo pueden ir los acontecimientos a extramuros de las fortalezas blindadas de los despachos. Lo he encontrado en un post de Geraldine Juárez en Alt1040.