Psd. Raving Gibberish.

Redacción Synaptica. El sector farmacéutico experimenta, a la hora de definir el valor de los productos, la presión de diversos factores de modulación, a la alza y a la baja. Ninguno, según el informe de la OCDE Pharmaceutical Pricing Policies in a Global Market es absolutamente determinante. Desde la industria se favorece la fragmentación controlada del mercado en segmentos de precios a través de la proliferación de múltiples presentaciones y versiones de un mismo producto (que dificultan las comparaciones entre países), se recurre a estrategias de conquista de mercado en función de cada contexto (precios altos para productos nuevos con buenas perspectivas, precios bajos de los me too para copar volumen de ventas), o al desarrollo de divisiones propias de genéricos en compañías innovadoras… Desde los gobiernos, dado el esquema prácticamente de monopsonio que prolifera en la actualidad, se intenta hacer valer el poder del comprador único a la hora de negociar precios y se impulsan medidas de contención del gasto: la excepción es Estados Unidos, donde el crecimiento interanual de los precios de los medicamentos excede al del crecimiento de la economía nacional en general y de otros subsectores de salud en particular. Entre los comentarios de los expertos de la OCDE a las diversas y conocidas políticas de contención del gasto farmacéutico, destacan dos. Por un lado, su apoyo a las medidas de copago como altamente eficaces, aunque también hacen notar el riesgo de que una parte de la población se quede descolgada del acceso a los nuevos medicamentos. Por otro, el informe desecha el impulso de las exportaciones paralelas como medida eficaz en los países importadores: se ahorra poco (sólo el 1,4% en Dinamarca y el 1,9% en Suecia, países de conocido apoyo gubernamental a la prescripción de medicamentos importados) y la parte del león de este negocio se la llevan los distribuidores. La OCDE cree que al comercio paralelo del medicamento le quedan días contados, por la inercia de armonización de precios en el seno de la UE, ámbito donde esa práctica es significativa. O sea, un mensaje a navegantes del que pueden tomar nota algunas empresas de distribución españolas que exportan medicamentos, a costa de erosionar la legitimidad social del actual modelo de farmacia. En cuanto a la armonía de los precios en los países de la OCDE respecto a los diferentes niveles de prosperidad económica, cabe decir, según este informe, que Suiza tiene el diferencial más alto (precios un 46% más caros respecto al estándar marcado por su situación económica) y Suecia, el más bajo (precios un 32% por debajo de su nivel económico). España tiene, como es sabido, precios relativos bajos: en concreto, un 20% menores a su nivel de desarrollo económico. Si se discrimina entre genéricos y marcas innovadoras, en España hay genéricos notoriamente baratos (un 30% por encima del nivel económico del país) y marcas, también, pero menos, baratas: un 18% sobre el nivel de la economía española.