Fotografía: Planning Session by worldslandinfo.com

Redacción Synaptica. Oficialmente nunca hubo crisis. Al menos, públicamente, ninguno de los responsables de la gestión del sistema de historia clínica digital de Andalucía ha utilizado esa palabra ni ha reconocido errores (algunos aun se hacen notar). Pero en los foros especializados los profesionales se sinceran. Antonio Llergo, director Regional de Recursos Informáticos del Servicio Andaluz de Salud, participó el año pasado en un seminario de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. Su presentación recoge con abierta sinceridad lo que, desde arriba, nunca se ha reconocido; y formula las estrategias diseñadas para salvar el escollo digital que ha supuesto la instalación del sistema en AP. El documento de Llergo reconoce que "la aplicación se cae dos o tres veces al día, la velocidad de respuesta es inadecuada, hubo pérdida de datos, problemas de confidencialidad y privacidad y errores funcionales". También sitúa algunas reflexiones oportunas en tiempos de escaso sentido de pertenencia a una organización en la que "la información más fiable llega a través de canales informales" y "carecemos de canales de comunicación con nuestros profesionales, la comunicación se realiza mediante notas de prensa". Los sistemas creados por los proveedores (Indra y Fujitsu) no responden como se esperaba, se reconocen infraestructuras locales no adecuadas y errores funcionales en la aplicación. Las primeras acciones para paliar las caídas del sistema y el caos hace que "se busquen culpables entre aquellos que han de dar la solución y la tensión que al final cae sobre los técnicos hace que los errores aumenten tomando decisiones erróneas". No es una rueda de prensa ni una comparecencia parlamentaria, pero se entona un mea culpa: "No estábamos preparados. Hemos confiado en exceso en las empresas suministradoras". Llergo considera uno de los errores claves la información y la comunicación con los profesionales (a los que loa matizando que "siempre reclamaron desde la lealtad más absoluta") y sitúa como punto álgido de la crisis la petición de la dimisión de la consejera en el Parlamento Andaluz. También hay lugar para la anécdota: en algún momento del primer semestre de 2007 Diraya se vio afectada por el virus Rinbot.

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