Redacción Synaptica. Hoy lunes el Centro Andaluz de Terapia Celular y Medicina Regenerativa (Cabimer) ha acogido el taller infantil La célula multiusos, en el que han participado más de 30 niños del colegio sevillano Calasancias. La Consejería de Salud ha querido formar parte así de la Semana de la Ciencia, una iniciativa impulsada por el Ministerio de Ciencia e Innovación, la Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, a través el programa de divulgación científica Andalucía Investiga y la Red de Espacios de Divulgación Científica y Técnica de Andalucía (Recta). En esta edición han participado un total de 97 entidades. En el diseño de estos programas, el protagonismo es, generalmente, para las universidades y por ello la Consejería del ramo es la que lleva la voz cantante. La Universidad Pablo de Olavide, el Centro de Ciencia Principia o el Hospital Clínico Veterinario de la Universidad de Córdoba han sido algunas de las instituciones que han aprovechado para conectar con el gran público. En este caso, la Consejería de Salud también ha querido participar y ha dejado fuera la labor científica que se realiza desde hace décadas en los hospitales y la entrega de muchos profesionales de disciplinas concretas en las que sus centros brillan con regularidad (VIH y Hepatitis, Neurociencias o Infecciosos, por ejemplo). Su objetivo ha sido, según nota de prensa, "sensibilizar a la población infantil sobre el valor de la investigación y fomentar el espíritu científico en los pequeños". Y lo hace con una institución de reciente creación, con investigaciones de escasa aplicación aún y que ha conseguido publicar tan solo 14 de trabajos. Para crear doctrina entre los más pequeños se sirve de cuentos y una suerte de picachu llamado la célula multiusos. El reconocimiento para las hormiguitas de la ciencia que buscan horas fuera de la tarea asistencial, o para los que pierden meses de trabajo por un apagón de Endesa, será para otro día. Al parecer, la labor de los que con muy poco presupuesto han conseguido llegar a las revistas de referencia de su disciplina no brilla lo suficiente, ni es útil para fomentar el espíritu científico. Salud ha preferido insistir en algo que, de hecho, ya hizo hace poco. Por si alguien tiene curiosidad, insana o no, puede consultar más detalles sobre esto y conocer que, por ejemplo, la idea del cuento tiene un coste de 64.000 euros, y pretende hacer una unidad didáctica para los colegios. Bonita forma de empezar la semana.

Imagen: Consejería de Salud.