Fotografía: Parlamento de Andalucía. Los triunviros Mariscal Cifuentes, Fernández de Moya y Blanco Romero, el 16 de septiembre, en el Congreso de los Diputados

Redacción Synaptica. Da la sensación de que para este viaje no hacían falta estas alforjas. Mientras Andalucía se presenta al mundo como candidata al paraíso de la biotecnología albergando iniciativas como BioSpain2008 , todavía no está claro (en la comunidad ni en el resto de España) si un becario de investigación es o no es un profesional de arriba a abajo. El Congreso de los Diputados aceptó ayer la toma en consideración de la proposición de ley de 2003 emitida por el Parlamento de Andalucía. Apoyo unánime que dibujó sonrisas de satisfacción en el triunvirato de diputados autonómicos que defendió la iniciativa en las Cortes: José Luis Blanco Romero (PSOE), José Enrique Fernández de Moya (PP) y José Manuel Mariscal Cifuentes (IU LV-CA). Además del comprensible gozo de la Cámara andaluza por el resultado de sus gestiones en Madrid tras cinco años de atención intermitente a este asunto, lo que queda de la sesión de ayer en las Cortes es el compromiso de realizar un estudio antes de un año sobre cuántos becarios hay en España y que sí, que la proposición para modificar la Ley General de la Seguridad Social para que el personal investigador financiado con becas sea considerado un profesional más por cuenta ajena, será debatida al fin. Probablemente, sus señorías necesiten todavía un poco más de tiempo, entre otros motivos para resolver contradicciones dentro de los mismos partidos, como es el caso del PSOE, que desde Andalucía promueve la iniciativa pero en las Cortes no la asumió ayer en su totalidad. O el PP, que en Madrid la apoyó tras una tibia abstención en Andalucía. Respecto a IU, el diputado Mariscal quiso regalarle ayer una naranja (el color de los precarios) al presidente del Congreso, José Bono, quizá con la pretensión de ser simpático, original y contundente. Puede encontrarse un itinerario detallado de la iniciativa en la web de la Federación de Jóvenes Investigadores / Precarios, que deben tener a estas alturas el síndrome del día de la marmota.