Alfonso Pedrosa. A veces, en esto de Internet y la vida, perdemos la cabeza, corriendo tras las obsesiones impuestas por las lógicas de adhesión acumulativa: me votas, te voto, me sigues, te sigo, me gustas, no me gustas, soy el rey de la charca, la reina del corral. Y nos olvidamos de la deliberación entre personas que se saben iguales, cegados por el resplandor de los concursos de belleza. La siguiente entrada gráfica de este webcomic me ha hecho pensar en ello y esbozar una media sonrisa colmillera.

Cuánta pasta y cuánto talento se malgastan en competiciones absurdas.