Redacción Synaptica. El pasado martes tuvimos la ocasión de participar en una charla debate sobre salud y las posibilidades del universo 2.0 organizada por la FECEMD y DKV. Salieron a relucir temas interesantes, sin profundizar mucho en ninguno de ellos, y el encuentro puedo ser seguido vía Twitter por obra y gracia de Camilo Erazo (autor de Medicina Codigo Abierto) a través del hash #saludyredes. Tras la resaca de satisfacción (no hay muchos eventos de esta índole), Juliomayol ha recopilado algunos de los puntos del debate; Diario Médico y El Mundo han  publicado sus crónicas y Somos Medicina colgó una presentación con algunas claves. Todas esas reflexiones siguen en el aire y la conversación debe mantenerse abierta y acercarse cada vez más a ejemplos concretos para entender el cambio que estamos sufriendo. Aquí van algunas ideas:

  • – No hay que mitificar ni satanizar. Ninguna de las aplicaciones mayoritarias (redes sociales) ni ninguna de las herramientas profesionales (salud 2.0 / telemedicina) va a venir a salvar al sistema sanitario. Los problemas son los mismos. Pero el sistema puede aprender a ser más transparente, los ciudadanos más activos, y los profesionales más conectados. Los médicos no se van a convertir en dospuntocéricos de la noche a la mañana ni sus pacientes tampoco. No se trata de pasar consulta a través del Messenger y recetar vía Twitter. Se trata de empezar a tener otra mentalidad de compartir y comunicar, de evaluar y de manifestarse o pronunciarse. Incluso de juzgar al sistema. Acumular paciencia para que  los políticos permitan o digan qué hacer se ha acabado. La realidad no espera.
  • – Las empresas de servicios van a tener que ser más transparentes. El "busque, compare y se encuentra algo mejor cómprelo" va a estar más en boga que nunca.  Somos lo que damos, no lo que aparentamos.
  • – Muchos bloggers están demostrando que pueden hablar de cómo trabajan, qué opinan de sus centros y hospitales o del sistema al que pertenecen y representan; pueden ser críticos, pueden ser influyentes y extender una pose que antes se quedaba en charla de cafetería de hospital o en tribuna médica de profesional seducido por el sex-appeal de los medios. Los profesionales sanitarios pueden convertirse, si se atreven, en el niño que señaló al rey desnudo.
  • – Algunos médicos ven todo esto como una amenaza por tener que cubrir un nuevo nivel asistencial (consulta más teleasistencia). Otros creen que es una gran maquina de ruido que entorpece la doctrina que dictan al enfermo. Pero no se le puede negar a una persona que quiera saber qué está pasando con su salud. También los hay que creen que la información sanitaria es solo obra pontificia de profesionales avezados que se travisten en profetas mediáticos de la nueva era, arrastrando los mismos errores que les llevaron a no comulgar con la gente a través de los medios tradicionales. Considerar Internet como una herramienta que hay que controlar para ejercer determinado poder es un error.
  • – En la red todo está más expuesto y es posible que en un tiempo podamos libremente calificar los servicios del hospital de nuestra zona a través del Facebook o ahorrar consultas inútiles con información bien planteada. Palabras manías como multidisciplinar pueden empezar a tener validez real si los equipos dejan atrás las puyas que entorpecía la relación interniveles y buscan, desarrollan, roban o exigen las herramientas que les harán ser más libres en la gestión de su trabajo.
  • – Lo que la medicina necesita es humanización; y aunque parezca paradójico puede que la humanización llegue por el peso de lo virtual-tecnológico. Si todas estas herramientas sirven para aligerar la consulta masificada, tener una población más formada, acelerar la transmisión de resultados de pruebas o ahorra costes que se pueden reinvertir en personal y en tiempo para los profesionales, adelante. Evaluar al sistema y exigirle transparencia en la exposición de datos y resultados de política sanitaria puede llevar a los gestores a sentirse más vigilados, y a la vez más cercanos a la gente.

Gracias a los ponentes por su participación, al equipo de DKV y Discovery Net por propiciar el encuentro, a los twitteros y a todos los que de algún modo u otro se interesan por todo esto, especialmente los que no pudieron estar allí. Nos vemos en la calle.