Un año después de impulsar la Ley de Farmacia de Andalucía, la gestión de la información sobre medicamentos de la Junta sigue estando, aparentemente, un tanto descabezada. La ley en su artículo 65 anunciaba que la Consejería  impulsará la creación de la Comisión Autonómica para el Uso Racional de los Medicamentos, como órgano asesor del Sistema Sanitario Público de Andalucía en todo lo relacionado con la utilización de los medicamentos, y en la que participarán agentes sociales, económicos y profesionales. Hasta la fecha, ni una pista sobre esto y, lejos de aglutinar, esta información se diversifica como la Hidra de Lerna (perdonen el símil, a fin de cuentas la serpiente es símbolo de la farmacopea). La ley seguía contemplando que el Centro Andaluz de Documentación e Información sobre Medicamentos (CADIME) sea el órgano encargado de elaborar y difundir información. Aun así, su actividad se ha mantenido moderadamente en los últimos tres años (cuatro ediciones de su boletín y 8 fichas de novedad terapéutica en 2008). Además, la ley recogía la existencia y funciones del Centro Andaluz de Farmacovigilancia, que acaba de renovar su dirección con el nombramiento de Juan Ramón Castillo Ferrando, catedrático de Farmacología de la Universidad de Sevilla. Lo más interesante de todo esto es que, a pesar de la existencia de estas tres instituciones, la mayor actividad reciente sobre estos temas, la está realizando la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias, que está poniendo empeño en publicar información sobre fármacos; no sabemos si en colaboración con algunas de las instituciones citadas o en sustitución.