Entre el 8% y el 12% de los pacientes que ingresan en los hospitales europeos sufre alguna clase de evento adverso durante su estancia en los centros sanitarios. Sin embargo, si se les pregunta por esa posibilidad, como acaba de hacer una encuesta encargada por la Comisión Europea, aproximadamente el 50% de la población teme que ocurra eso en su contacto con las organizaciones sanitarias. Hay, pues, un extenso margen entre la realidad y los miedos que está diciendo a voces que ahí hay un serio problema de comunicación.

Los temores fundamentales según esta encuesta, un eurobarómetro realizado por TNS entre septiembre y octubre de 2009 en los 27 estados miembros de la UE y publicado ahora, se refieren mayoritariamente al contagio de infecciones, a los diagnósticos incorrectos, al extravío de información relativa al respecto y a su mismo retraso. Los encuestados no hablan de fantasías: uno de cada cuatro afirma que él mismo o personas de su familia han tenido problemas de este tipo, aunque en muchos casos no han informado de ello.

Un tercio de los europeos desconoce, además, qué institución es la responsable en su país de la seguridad de los pacientes. La desinformación llega a tales niveles que un 17% de las personas entrevistadas y que tuvieron que pasar por un quirófano dice que nunca hubo en su caso consentimiento informado por escrito.

En cuanto a la manera de informarse sobre los eventos adversos, la televisión es la fuente principal en el 73% de los casos; el 44% tira además de periódicos y revistas, el 31% recoge información de los amigos y la familia y sólo el 9% consultaría, si fuese necesario, estadísticas oficiales o le preguntaría directamente al hospital de referencia.

Existen variaciones significativas entre países. Pero esto no salva al selecto club de la UE 15. Por citar los datos de España, el 35% de los pacientes españoles cree que tendría problemas de este tipo si le toca ir al hospital y el 32% en el caso de tener que recibir asistencia sanitaria en un dispositivo de especialidades o en un centro de salud.

Está bien recordarle al personal sanitario que tiene que lavarse las manos, pero estaría mejor, además, que los ciudadanos lo supiesen si eso se hace, y en qué grado. Un problema relacionado con la seguridad es grave. Pero es más grave la pérdida de confianza de los ciudadanos en las organizaciones que cuidan de su salud.