Todd Huffman. Drugs love me.

Redacción Synaptica. Como venimos contando, la OCDE ha publicado un informe sobre el sector farmacéutico del que ofrecemos una glosa basada en su análisis. Recordamos, ya en nuestra última entrega, que existe un resumen del trabajo en la web de esta organización supranacional, de acceso abierto. En el capítulo de este estudio, Pharmaceutical Pricing Policies in a Global Market, dedicado específicamente al papel de las políticas reguladoras de precios y su influencia en el mercado, los expertos de la OCDE constatan dos fenómenos que nos han llamado la atención, no tanto por inesperados como por poco comentados en foros y medios de comunicación al uso. En primer lugar, el principal obstáculo para la convergencia de precios entre los diferentes países es el tirón hacia arriba de mercados muy potentes. En concreto, el de Estados Unidos. Así, el informe hace referencia a un análisis comparativo de la convergencia de los precios de los medicamentos en el Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Holanda y España: la tendencia, suave, es a la armonización. Sin embargo, si se introducen en ese análisis los datos del mercado estadounidense, aparecen picos diferenciales que dificultan los fenómenos de convergencia. Otro fenómeno notable es que, según se desprende de las valoraciones de los expertos de la OCDE, las diferencias de precios finales de los medicamentos entre varios países, notables en algunos casos, no son tanto atribuibles a la industria farmacéutica como a la distribución y a los impuestos. Así, la comparación de precios de ocho medicamentos innovadores, sujetos a reembolso, aprobados mediante el procedimiento centralizado de la UE, de uso extrahospitalario, revela que las diferencias entre países (en esta comparación entraron Bélgica, Dinamarca, Finlandia, Francia, Holanda, España, Suecia y el Reino Unido) se sitúan en 66 euros (un 81%) entre el precio más bajo y el más alto, con el medicamento situado en el canal distribuidor; del 124% (138 euros) cuando el producto ya está en el establecimiento de dispensación; y del 123% (214 euros) cuando se le aplica el IVA al medicamento y lo adquiere el usuario. Además, las políticas de precios tienen un papel relevante en la innovación farmacéutica, puesto que las expectativas de retornos son un elemento clave en la toma de decisiones relacionadas con el abordaje de nuevos proyectos e investigación en la industria farmacéutica: son 802 los millones de dólares que cuesta poner en el mercado un nuevo medicamento y, como es sabido, el tiempo de protección de la exclusividad de explotación de los resultados es limitado. Pero el informe de la OCDE no deja esta cuestión sólo en manos de la industria: los expertos destacan que las políticas de inversión pública en I+D contribuyen a abaratar los costos del proceso investigador. Finalmente, en este contexto, el informe Pharmaceutical Pricing Policies in a Global Market, hace una llamada de atención: las políticas de contención de precios desaniman a la industria innovadora a investigar y las compañías farmacéuticas tenderán por ello a concentrarse en el desarrollo de innovaciones incrementales, sin arriesgarse en proyectos que supongan verdaderos saltos hacia delante.