Creativecommons. Citation. Same license. Fotografía: Me, as an evil doctor. Brian Cors.

Redacción Synaptica. Y la salvación llegó Deus ex machina, como no podía ser de otra manera, so pena de poner en seria situación de dimitir al recién llegado gerente del SAS, José Luis Gutiérrez, que bastante tiene ya con mandar de regreso a las trincheras a la plétora de funcionarios afines en comisión de servicio con destino en la estructura central de ese organismo. El PP-A echó ayer su carnaza profetizando un cataclismo de despidos entre el personal eventual de la sanidad pública andaluza, pero María Jesús Montero, consejera de Salud de Andalucía, suavizó hoy la cosa en su comparecencia para hablar de presupuestos en el Parlamento autonómico. Y es que, claro, Montero tiene un plan: un grupo de 5.092 eventuales se quedarán como interinos. Chollazo, oigan. Cuando vuelvan los buenos tiempos se reabrirán las OPE, y pa’dentro. Ahora está por ver, qué personal eventual es considerado de pata negra; esto es, estructural. Se supone que se trata de aquellos profesionales (la inmensa mayoría, médicos y enfermeras) que forman parte, de hecho, de la estructura ordinaria de los servicios. Si se van, el chiringuito se cae. Y es que, como dice la portavoz popular, Ana María Corredera, es inadmisisble que alguien que tiene 28 contratos en un mes o un centenar de ellos en un año, uno detrás de otro, no sea considerado personal estable: lección que, por otra parte, van aprendiendo los gestores del SAS a fuerza de sentencias judiciales. Por lo demás, la consejera aguantó el tipo como pudo y, como una reminiscencia de la resaca de Halloween-Jalovín, se puso el terno de alta ejecutiva de empresa que cotiza en el Ibex para colocar los presupuestos sanitarios de 2009 bajo la luz amable del mantenimiento del empleo, el aporte a la renta familiar andaluza de los currantes de la sanidad pública autonómica (un presupuesto de 9.782,3 millones de euros es una pasta) y el peso del 6,15% de este sector en el PIB andaluz, meliflua alusión incluida a los emprendedores de la sanidad privada y a las "redes comerciales" generadas desde la Junta "sin las que no sería viable la I+D".